En decoración, como en cualquier otra área, existen falsos mitos. Desde ideas como que las tapicerías claras son más sucias a que los colores oscuros roban luz a tu hogar. Pues bien, os desgranamos estos y otros tópicos que nada tienen de cierto.
Los colores oscuros no tienen por qué restar luz a nuestros espacios. Todo dependerá del uso que se haga del color. La clave pasa por usar los colores de tono más subido en la pared de la ventana. De este modo, el color está al contraluz y ambienta el espacio. Si pintas la pared de un color oscuro pero sin ventanas lo mejor será colocar un espejo para que haga las funciones propias de un ventanal.
En la misma línea, y siguiendo con el tema de la luz, se encuentra el debate de cuántos focos son necesarios. Pues depende. La luz de los focos no es siempre fría y deslumbrante ya que no importa tanto la cantidad como sí elegir la potencia y abertura adecuada. Así pues, seleccionar una buena ilminación pasa por conseguir la potencia adecuada de luz en cada estancia. Por ejemplo, para iluminar una estancia de un modo suave con unas bombillas de unos 50 W será suficiente.
Otro aspecto es el de la tapicería. No es del todo cierto que los colores claros sean siempre más delicados que los oscuros. Y es que, por ejemplo, el color lino o piedra soporta mejor la suciedad con un azul oscuro. La clave, en contra de lo que se cree, no está tanto en los colores sino en las texturas. Así, lo más adecuado, más que fijarse sólo en el color, es hacerlo también en los tejidos. Recuerda que un tejido grueso, como el terciopelo o la chenilla, absorverá mucho mejor las manchas que texturas finas como el algodón liso. Además, existe la creencia de que utilizar tapicerías estampadas provocará la sensación de que el espacio es más pequeño. Pues bien, es totalmente falso. Sí es necesario buscar que los tonos sean de la misma gama cromática pero el tamaño del motivo no importa.
Los armarios son otro de los temas por excelencia a la hora de seleccionar una casa. Muchas veces buscamos espacios repletos de armarios empotrados y estantes. Pues bien, ésto no tiene por qué ser garantía de orden. La clave pasa por colocar estratégicamente nuestros armarios para reducir la sensación de caos. Algo más importante que poseer gran cantidad. Un ejemplo es tener pequeños armarios en el baño para las toallas, en el dormitorio para la ropa, y así sucesivamente. Uno por habitación, algo que te permitirá echar mano de lo que necesitas fácilmente al tiempo que ganas espacio.
Si no tienes demasiado tiempo o prefieres dejar la decoración y distribución de los espacios de tu casa en manos de un experto siempre puedes contratar a un decorador. ¿Problemas con el presupuesto? Otro faso mito: en contra de lo que se pueda suponer los decoradores no son tan caros ya que puede realizar sus servicios por un 15% del total de la obra que vayas a realizar. Además, se pagará a plazos, un 12% del total de su retribución al inicio, otro 12% por el anteproyecto, 36% elproyecto y 40% al final, por la dirección de la obra.