En una ciudad con hiperinflación de restaurantes de calidad para todos los bolsillos, resulta cuando menos sorprendente que resulte tan difícil encontrar buena comida a domicilio. Haberlos haylos, como las meigas, aunque sean pocos y relativamente desconocidos para el gran público.
De todos ellos sin duda el mejor es Gingerboy, un minúsculo local situado junto a la Plaza de Olavide de Madrid, fundado hace cuatro años por una pareja sueco-israelí con querencia por los sabores del sudeste asiático, una cocina (todavía) poco conocida en nuestro país pero a la que merece la pena prestar atención.
Entre los platos imprescindibles figuran versiones de grandes clásicos de la cocina regional del sudeste asiático como el Tom Yam, la sopa nacional tailandesa, picante, sabrosa y cítrica, o el Pak Choi.
Tampoco conviene perderse alguno de los currys de la casa con pollo, langostinos o buey acompañados de arroz jazmín o verduras salteadas con salsa(se piden aparte). Entre los postres destaca una sensacional panacotta de maracuyá con fresas y frambuesas.
La cata también cuenta con un pequeño apartado para niños y una buena selección de cervezas asiáticas.
Conviene prestar atención a las proposiciones fuera de carta, siempre interesantes
Y para celebrar que están de aniversario, para todos aquellos que se acerquen al local o llamen por teléfono y digan ¡Feliz aniversario¡ la casa les obsequiará con regalo gastronómico.
Precio medio: 20 € por persona.
Dirección:
C/Murillo 1 Plz. olavide 28010, madrid
TLF: 91 594 31 94