en esta época del año solo apetece dar vida, luz y color a nuestra casa. Se trata de la estación más alegre, por lo que después de haber pasado un duro invierno se permite casi todo. No hay premisas que cumplir, solo aplicar el buen gusto manteniendo la libertad para combinar elementos de distintas épocas y colores. Con el cambio de estación, debemos tener en cuenta que lo apropiado es alejar de las estancias los muebles y complementos de colores oscuros, optando los tonos claros y alegres. Con unos pequeños trucos podremos dar un toque totalmente distinto a nuestra vivienda. ¡Parecerá otra!
Es muy importante que demos una sensación extra de luz a nuestro hogar a través de texturas delicadas y tonos claros. El blanco y el beige son los colores idóneos y además darán una sensación más diáfana si dejamos que entre la luz natural. Si tenemos ventanales en el salón, nada mejor que colocar unas cortinas coloridas con motivos florales, ideales para la primavera. Eso sí, deja las cortinas abiertas para que tu casa se bañe con los rayos del sol. Una manera fácil y económica de empezar a usar tonos claros que nos aporten esa luminosidad que buscamos es, sencillamente, cambiar determinadas piezas textiles, como por ejemplo las fundas del sofá, los manteles o las almohadas. Las habitaciones de los niños también son una estancia ideal donde usar colores neutros. Siempre, claro está, acompañados de algunas pinceladas de color, pues estamos en primavera.
De este modo, y aunque usemos principalmente tonos neutros, no debemos olvidarnos de dar un toque de color. Como en la decoración principal se basa en un solo color, será muy fácil combinarlos con otros elementos. Podemos usar pequeños detalles de decoración donde dar la nota de color, como por ejemplo cojines, estanterías, velas, cortinas o colchas que nos ayuden a dar más vida. Los colores vivos que podemos usar esta primavera son el rojo, azul turquesa o el verde esmeralda. Los colores pastel, como el año pasado, siguen siendo tendencia, así como los estampados étnicos. Lo que buscamos, a fin de cuentas, es el contraste equilibrado entre una base neutra y unos complementos de lo más coloridos.
Si tenemos ganas, podemos lanzarnos más allá y combinar diferentes tipos de estampados o texturas, lo que dará un toque moderno y diferente a nuestras estancias. Las posibilidades son infinitas, pudiendo mezclar, por ejemplo, flores y rayas. Sea como fuere, cualquier mezcla es una apuesta atrevida y siempre hay que hacer todo este tipo de cambios con muchos gusto. Algo que nunca falla, por otro lado, es colocar flores y plantas que den a las estancias un toque más primaveral y acogedor. Es más, si se trata de colores fuertes, mucho mejor.