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Convierte tu hogar en un espacio ibicenco

Trasladar a tu casa en la ciudad el espíritu y atmósfera de un paraíso de paz como Ibiza es más fácil de lo que piensas.

Trasladar a tu casa en la ciudad el espíritu y atmósfera de un paraíso de paz como Ibiza es más fácil de lo que piensas.
La paz de Ibiza | Flickr/Top Rural

¿Te gustaría trasladar el ambiente de tranquilidad y relax desde la isla pitiusa a tu hogar? Puedes evocar ese pequeño paraíso de luz y paz a través de unos sencillos procesos decorativos que darán a tus estancias ese estilo ibicenco que deseas. Una tendencia perfectamente aplicable tanto a residencias habituales como a segundas viviendas, si se cuenta con una.

¿La primera apuesta? El blanco. Este es el color por excelencia de la isla y significado de pureza y frescura, dos elementos indispensables en las calurosas jornadas veraniegas. Por ello debe ser el tono predominante tanto en las paredes como en el mobiliario. Este último, además, debe contar con la combinación de tejidos del estilo lona también en blanco - material habitual en velas marineras - junto a materiales como la madera y el mimbre. Esta composición aportará un toque de naturalidad y calidez en medio de la nitidez. Del mismo modo, evitarán el efecto pegajoso que provocan otros materiales.

En el caso de exteriores y terrazas, las pérgolas cubiertas con lonas blancas o sombrillas del mismo color, se convierten en un imprescindible. Estas nos proporcionaran esas zonas sombrías y frescas que buscamos cuando queremos escapar del calor solar. Asimismo, los habituales sofás y sillas pueden complementarse con cómodas hamacas y tumbonas. Incluso, en caso de contar con el espacio suficiente, podemos añadir una confortable cama balinesa - o estilos derivados -. Estas camas de exterior realizadas con materiales adaptados a las condiciones del aire libre se caracterizan por esponjosos colchones y doseles con cortinas. De esta forma, podrás disfrutar de momentos de tranquilidad a la vez que las cortinas te proporcionarán la intimidad que desees. Este sistema de doseles también es trasladable al interior, dándole así a la habitación un toque bohemio y soñador además de útil, ya que protege de los insectos.

Por su parte, los interiores deben contar con toques minimalistas, donde la sencillez y las líneas romas se fundan con el blanco. El estilo arquitectónico ibicenco se singulariza por la piedra, así como muebles y estanterías de obra, habitualmente de escayola, para mimetizarse con el níveo entorno. El punto extra de esta decoración es la sensación de mayor amplitud y luminosidad de nuestras estancias.

Aún así, no podemos olvidar dotar todo esto de esa nota de color responsable de los detalles. De ahí que el azul sea el compañero perfecto, pues romperá la neutralidad del blanco a la vez que se convierte en una extensión de la línea sensitiva de tranquilidad y suavidad. Juega con sus distintas tonalidades y llena tu hogar con cojines, cortinas, complementos y elementos decorativos, incluso flores, de color azul. Si además lo combinas con detalles en nácar o procedentes de la naturaleza y el entorno marino, como las conchas, lograrás un efecto ideal capaz de transportarte a esta característica isla del mediterráneo.

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