El diseñador español Javier Larraínzar ha sido objeto de atención en la Crónica Rosa de Es la mañana de Federico. El diseñador de los vestidos de muchas famosas, que no han dudado en desfilar para su firma en la pasarela Cibeles, y que incluso tuvo una historia con la sobrina del Rey –tal y como recordó Beatriz Cortázar- ha dejado el oficio y se ha renovado con un nuevo e inesperado negocio.
Un cambio, explicó la periodista en esRadio, que viene dado por la falta de industria respaldando el negocio textil, pero que en todo caso extraña dado que en su momento Larraínzar fue tan reputado que "se habló de que fuera el posible modisto de Letizia cuando se hizo público el compromiso de boda".
El empresario dio la sorpresa en la Luxury Weekend de Marbella, un evento para "recuperar la Marbella de antes de Gil y que fue un éxito", descubriendo su negocio inaugurado hace un año, Sylt, un chiringuito de lujo situado en una de las mejores playas de Marbella cuyo nombre se debe a una isla de Alemania donde veraneaba de pequeño.
Un lugar, Marbella, donde "este año se está notando bastante mejor todo, la ocupación hotelera, el gasto en restaurantes, pero no sólo los rusos sino más de centro Europa", precisó Cortázar en Es la mañana de Federico.
En la fiesta de Luxury Weekend, y tras su encuentro casual con Larraínzar, éste le reveló su sorprendente reciclaje empresarial en un sector completamente distinto. "Me dijo que había dejado todo y que se ha montado un chiringuito en Marbella, y se dedica a trabajar en él. Un chiringuito fino en la Playa de las Chapas" una de las más conocidas de Marbella. El local lleva abierto apenas unos meses y promete ser todo un éxito.