De forma sencilla, con materiales económicos y algunos trucos, podrás crear un jarrón único en todo el mundo con tus propias manos para dar a tu casa un toque personal e íntimo. La expresión "Do It Yourself" se ha puesto muy de moda en los últimos años y cada vez son más las personas que se apuntan a esta nueva forma de decorar.
La satisfacción de haberlo hecho tú mismo, junto a la comodidad de no haber invertido mucho esfuerzo ni mucho dinero, es la principal razón por la que triunfan los trucos para construir y personalizar elementos decorativos. Uno de los elementos más pequeños, sencillos y que a la vez aportan carácter y personalidad a cualquier rincón son los jarrones. Sólo se necesitan un par de consejos para sacarles el máximo partido.
Una de las primeras fórmulas que nos vendrá a la cabeza cuando se menciona la decoración casera es la pintura. Sólo necesitamos un jarrón de cristal. Puede ser completamente transparente o un poco translúcido, pero debe dejar entrever su interior. A continuación mezclaremos pinturas en función del resultado que deseemos: un color definido o varios mezclados, ya sea un tono concentrado o más suave. De hecho, podemos mezclar varias tonalidades y rebajarlas con agua para que sea una aplicación más leve. Cuando consigamos la combinación deseada sólo tenemos que introducirla en el jarrón y moverlo suavemente para conseguir impregnar las paredes del mismo, ya sea tintándolo por completo, por la mitad o dejando formas. De esta forma, conseguiremos un jarrón estético, económico y único.
Por otra parte, si no deseamos mancharnos las manos existen muchas otras formas de conseguir decorar de un modo original este elemento de nuestro hogar. Recientemente ha surgido entre los más fanáticos de la decoración original y hecha por ellos mismos una tendencia muy curiosa. Se trata de vestir jarrones y macetas con telas como si de ropa se tratara.
Esta opción nos puede ser muy útil si encontramos algún tejido que concuerde bien con el estilo de nuestra casa. Por ejemplo, si trabajamos con un jarrón que se ubicará en una estancia muy colorida podemos reutilizar ropa de lana que ya no usemos para combinar diversos colores y tejer una cobertura para el jarrón. Si vamos a colocarlo, por el contrario, en una habitación con estilo más rústico o rural, el tejido vaquero puede ser una buena apuesta. En esta línea, podemos probar algo un poco menos laborioso pero también muy singular. Los jarrones también pueden envolverse en cuerdas y cordones gruesos para insuflarles un estilo más rústico y natural.
No obstante, si lo que queremos es ahorrar el máximo posible también es posible reutilizar algún vaso o bote de cristal, lavarlo bien y añadirle un toque personal añadiéndole, por ejemplo, lazos de colores alrededor o utilizando cualquiera de los trucos anteriores.
Otra de las prácticas más extendidas es la de incluir elementos dentro del jarrón: piedras, pétalos, velas o plantas o flores. Esta propuesta algo más rápida consiste en colocar flores naturales o artificiales y convertir nuestro jarrón en una maceta improvisada añadiendo estas plantas y un poco de agua.