Seguramente nunca os habíais imaginado que los libros podían ser una original forma de decoración además de una fuente de conocimiento. Pues bien, si sois de lo que llenáis las estanterías de vuestro comedor o zona de trabajo con libros y más libros, os proponemos que los personalicéis haciendo vuestra propia tapa para que la estancia quede mucho más atractiva a la vista y deje de parecer desordenada.
¿Cómo hacerlo?
Se trata de seguir unos pasos muy sencillos y, algo muy importante, es que el proceso es muy económico. Tan sólo se necesita cartulina para cubrir la portada, el lomo y la contraportada. A continuación toca decorar esta cubierta con lo que mejor se os dé: Recortes de papel de colores a modo de collage, recortes de imágenes o artículos de revistas o fotografías que podáis imprimir y pegar sobre la cartulina, e incluso, jugar con distintos relieves. En caso de ser unos buenos dibujantes siempre queda la opción de atreveros a plasmar algún detalle a mano alzada. De lo contrario podéis utilizar un sencillo programa informático como comprobaréis en el vídeo enlazado más abajo.
Si no disponéis de mucho tiempo, las cubiertas más laboriosas las podéis dejar para los libros que queden más a la vista, mientras que para los otros se pueden confeccionar piezas más sencillas de un solo color.
Siguiente paso: colocación
En un principio estaréis decorando cada uno de los libros pero, como os decíamos al inicio, cuando tengáis varios habréis conseguido darle un toque distintivo y personal a la estancia con una decoración de lo más original y, sobre todo, única. Podéis jugar a colocarlos de diferentes formas. Por ejemplo, alternar en los huecos de las estanterías unos libros dispuesto de la manera común (en vertical, uno junto a otro) con otros colocados en horizontal de forma que queden uno sobre otro. En ambos casos se apreciará el lomo personalizado. Otra opción es agregar, junto a ellos o encima, un libro en vertical con la portada de frente.
Lo mejor de todo es que las ventajas no son sólo estéticas, sino también de conservación porque además de decorar habréis conseguido proteger los libros del paso del tiempo y evitar que se estropeen.
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