En Es Sexo de Sexualidad Ayanta Barilli, Eva Guillamón y Max Rekarte explicaron el drama de la ablación y los motivos que hasta ahora la han justificado. Nada más empezar, los tertulianos explicaron que el próximo 6 de febrero es el día en contra de la ablación, una de las prácticas más atroces que existe en contra de la mujer. La ablación o mutilación genital femenina es una práctica de circuncisión femenina que consiste en la eliminación de tejidos de cualquier parte de los genitales femeninos, por motivos culturales o religiosos, en ningún caso por algo médico o sanitario.
Max resaltó que "prefiere usar el término de mutilación genital porque cuando se emplea ablación se está legitimando" y porque cuando se dice ablación, concepto que por ahora es muy desconocido por la sociedad, se suele asociar con otros temas que no tienen nada que ver. Quiso recordar que es una práctica que se usa en varios países, sobre todo islámicos y árabes.
Cuando se busca la procedencia de la mutilación genital, muchos lo asocian a Egipto, pero por ahora no hay evidencias que lo relacionen con esa cultura o estilo de vida. Sin embargo, lo que es la infibulación -o la extracción de la parte del clítoris en sí- se piensa que viene de la palabra fíbulas, broches que llevaban los sirvientes o esclavos de la era de los romanos en los genitales para no poder mantener relaciones sexuales ni quedarse embarazados. Al haber tan poca información de dónde comienza esta práctica, lo que se suele hacer es compararla con la circuncisión masculina, lo que significa un grave error.
La diferencia fundamental es que se cree que la circuncisión masculina sí que se hacía por una cuestión de higiene, mientras que en la femenina lo que se busca es dejar toda la zona genital sin sensibilidad. Además, la mutilación genital femenina se realiza de distintas formas -quitar el clítoris es la menos atroz-: se puede retirar los labios interiores o todo lo que es la zona de la labia y del clítoris.
Ayanta Barilli explicó que en Egipto posiblemente el 80% practican la ablación y que suele ser una decisión de sus propias madres, porque "consideran que es la única forma de mantener a salvo a sus hijas". A quienes no se le ha practicado esta operación quirúrgica son consideradas prostitutas y, de hecho, los varones lo exigen a la hora de casarse.
Tampoco hay que olvidar que estas operaciones son muy peligrosas. No solo dejan sin sensibilidad la zona genital, también puede influir en su vida o a la hora de tener hijos. Muchas veces estas operaciones se realizan con tijera, cuchillo o incluso una lata, en lugares donde hay una gran cantidad de bacterias y la falta de higiene es muy alto.
Informativo ardiente:
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