En esta edición de Es Sexo Ayanta Barilli y Eva Guillamon hablaron con Teresa de la Cierva sobre la cirugía genital. Este tipo de operaciones no sólo son para que las mujeres se vean más guapas y cómodas, también ayuda a ser más funcional sexualmente. Estas operaciones se hacen desde hace años, la diferencia es que antes nadie se las hacía porque les parecía algo frívolo. Ahora todo ha cambiado y a las mujeres les importa no dejar que su zona vaginal envejezca.
Las mujeres han perdido el miedo a reconocer que quieren disfrutar de la vida sexual. Con la depilación integral, algo que está muy de moda, saltan a la vista ciertas cosas que antes estaban cubiertas, como marchas o arrugas. Una de las prácticas más empleadas es, por eso, el blanqueamiento anal en mujeres.
A todo esto se le suma que las mujeres de 50 años les gusta verse atractivas, sexys y seguir gustando. Podría decirse que, en cierto modo, se han dado cuenta de que su zona vaginal les hace sentirse incómodas e inseguras.
Con la cirugía vaginal se puede hacer una serie de intervenciones que ahora están plenamente establecidas y aceptadas. Tales como la reducción vaginal para tensar la zona, adelgazamientos de las paredes vaginales, levantamientos vaginales (ya que el suele pélvico tiende a caer) o incluso, inyectarse ácido yodhídrico en el punto G para engordarlo.
Todo ello ayuda a aumentar la autoestima y mejorar la vida sexual femenina, sea cual sea la edad de la paciente.
'Lisístrata', líder de la huelga del sexo
En Es Sexo de Cine también se trató la película Lisístrata está dirigida por Francesc Bellmunt. Juan Luis Galiardo, Maribel Verdú, Javier Gurruchaga, Aitor Mazo, Jesús Bonilla, Teté Delgado y Sonia Ferrer forman el reparto. Lisístrata está ambientada en la Atenas de 411 de a.c. Los hombres de Atenas y Esparta están inmersos en una guerra inacabable, y para ponerle fin, la bella Lisístrata, interpretada por Maribel Verdú, lidera a las mujeres de ambos bandos a una revuelta sin precedente: una huelga de sexo con consecuencias durísimas para los violentos combatientes. Ante esta situación los hombres deciden dejar sus diferencias de lado.
Como comentaron Andrés Arconada, Ayanta Barilli y Eva Guillamón "la película es muy floja, aunque el argumento es divertido". Para Andrés "es una pena porque la película está basada en una obra clásica y en un comic". De ello debería haber salido una mezcla divertida, sin embargo, se queda "en una simple anécdota". Ni quisiera los actores consiguen llamar la atención en la película. Por ejemplo, Maribel Verdú parece que no sabe cómo enfocar al persona, o que no la supieron dirigir.
Noticiero ardiente:
Uganda desata con fervor la caza al gay. Desde que el presidente de Uganda, quien lleva ya 28 años en el poder, firmase la ley, apoyado por un comité médico que defiende que la homosexualidad se aprende y se desaprende, se han multiplicado los arrestos, agresiones y el acoso a los homosexuales en Uganda. "52 ataques desde diciembre", según argumenta un grupos de activistas. "No está en la calle, no se palpa. De hecho, parece una ciudad muy abierta. Pero la homosexualidad es su condena. No es evidente, como tampoco lo es la expresión de la heterosexualidad", decía el propio Presidente en una declaración dirigida a Obama, "yo mismo perdería el voto si alguien me viese besándose por la calle con mi mujer, con la que llevo casado 41 años".
Las cejas, el bigote femenino. Si noviembre, desde hace más de una década, es el mes del bigote y de la lucha del cáncer de próstata, de la mano de Moverber, marzo aspira a convertirse en el mes femenino gracias a los grandes almacenes ingleses, Benefit y la fundación que ayuda a las mujeres a convartir contra los efectos visibles del cáncer, como de cejas, pestañas o el cabello. En este caso la idea es recaudar fondos y concienciar a la población de su lucha. Lo que quieren es que las mujeres dejen de depilarse las cejas en el mes de marzo.
Paul Gauguin no tuvo sífilis, o no se la trató. Los biógrafos de Paul continúan sin saber con certeza si el artista padeció la enfermedad de la sífilis, después de haber examinado cuatro dientes del pintor. Una historiadora americana pretendía resolver el misterio, puesto que a finales del siglo XIX y principios del XX el mal se trataba con mercurio, el cual dejaba rastro imperecedero en la dentadura. No obstante, no han encontrado restos de mercurio entre sus dientes.