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Katy Mikhailova

¿Talento o esquizofrenia?

Cuando veo a Karl Lagerfeld veo a un esquizofrénico que cree que es Halloween todos los días del año.

Detrás de un personaje disfrazado hay un genio, o eso dicen. Pero yo esa genialidad no la aprecio. Lo siento. Cuando veo a Karl Lagerfeld veo a un esquizofrénico que cree que es Halloween todos los días del año.

Octogenario enfundado en ropajes barrocos para esconderse de no se sabe qué, piensa que es la octava maravilla del mundo. Quizás, esté intentando maquillar sus arrugas.

Un hombre que promulga la extrema delgadez y cuya vanidad supera la de Pablo Iglesias, no es digno de genialidad sino de cierto talento para venderse y mover a las masas. El parecido entre el fundador de Potemos y el director creativo de Chanel, además de la coleta, se puede encontrar en el hecho de que ambos utilicen su rostro como logotipo de su propia marca.

¿Que se ha reencarnado en Chanel? Que se levante Cocó de la tumba y venga para discutirlo, porque bastante se han apropiado ya de su nombre. No es difícil aceptar que Lagerfeld "supo captar la esencia de la marca francesa" con clásicos que la diseñadora nos ha dejado en herencia. Un clásico reinventable y reinventado. Eso es relativamente fácil.

Un poco de tweed por aquí, blanco y negro por allá… Pego el logotipo en el medio. Lo más novedoso que ha podido proponer, el pasado febrero, fue una colección sin tacones: zapatillas de colores pastel con ligeros toques brillantes. Y lo más innovador fueron las dos lesbianas casándose de blanco -el años pasado- o la embarazada con vestido de novia el pasado julio. ¡Qué genio! Del bolso de Chanel en forma de frasco de la fragancia nº5 ni hablamos, que vende a miles y miles de euros y ni si quiera es un material exquisito. Lejos queda este "bolso" de las sublimes obras de Chanel, como el modelo '2.55'. Pero reinventarlo es muy sencillo. Copiarlo lo es también, como hacen muchas marcas con el emblemático complemento caracterizado por un cuero acolchado que fue inventado en febrero de 1955 -de ahí el nombre del bolso-.

Cada vez que oigo elogios hacia esta figura, me pregunto una y otra vez qué diantres ocurre en el cerebro del alemán para vestir de semejante manera. Libertad de expresión, de estética… ¡Claro que sí! La moda es un grito de libertad. Pero, siendo sinceros, la estética de Karl asusta. Da miedo. Preocupa. Creo que es digno de un psicoanálisis. Vestir día sí y día también con esa ropa barroco-futurista es para hacérselo mirar.

Es ahora cuando nos preguntamos, ¿tener una estética original, llamativa y potente, podría ser la razón del éxito? Ya lo hablaba en Ser Barbudo está de moda para aludir a cómo una barba puede ganar un certamen de música. También tenemos a la Anna Wintour que se supone que padece una fotofobia no reconocida. Pero es una tía lista, muy lista. Todas las novedades que ha ido dejando por cada revista que pasaba hablan mucho de su visión de las tendencias, anticipándose a estas. De hecho, dice una frase que refleja la realidad social: "en la moda todo se fundamenta en el tiempo. Si es demasiado pronto, nadie lo entiende. Si es demasiado tarde, todo el mundo lo olvida e incluso lo aborrece".

Karl debería retirarse a tiempo, para dejar paso a nuevas promesas de la moda, tal como ha hecho Marc Jacobs el año pasado al irse de Louis Vuitton para centrarse en su propia marca.

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