No es fácil elegir un color para decorar una pared. Mucho menos en un momento en el que la tendencia nos indica que debemos centrarnos en tonos más neutros, y combinarlos con colores más llamativos. Si ya era difícil elegir uno solo, la combinación puede hacer las cosas mucho más complejas. Y aunque no sea lo único que hay que tener en cuenta, muy probablemente si entendemos las sensaciones que nos producen todos los colores, estemos más cerca de dar con la combinación más adecuada, y con el sentimiento que queremos provocar en una determinada estancia. Y de eso vamos a hablarte hoy, del significado de la paleta de colores.
La paleta de colores por lo general se divide en colores primarios y en colores secundarios. Aunque las mezclas de unos con otros, junto con el blanco y el negro pueden crear la mayor parte de los tonos, en el mundo Pantone existen miles de opciones. Aunque no nos vamos a parar a analizar todas ellas, sí que vamos a descubrir lo que se asocia a cada uno de los colores primarios y secundarios, ya que luego puedes evaluar todos los demás por su parecido cromático.
Paleta de colores y sus significados
- Amarillo: el amarillo es luz, y combinado con colores que tienen al rojo como protagonista da la sensación de ambientes íntimos y cálidos.
- Azul: el azul es un color frío que se asocia a la calma y a la serenidad. En este caso, la mejor combinación es el blanco, que permite equilibrar las luces de una tonalidad como ésta.
- Rojo: el rojo es llamativo y cálido a la vez. Transmite energía y es capaz de activarnos y es por eso que se recomienda su uso en las estancias en las que vayamos a pasar tiempo de entretenimiento, así como evitarlo en aquellas en las que pretendamos concentrarnos.
- Verde: la primavera y la naturaleza son verdes. Aún dentro de la gama de los fríos, favorece de forma considerable la atención.
- Naranja: el naranja aporta luz cuando no tenemos la suficiente y al mismo tiempo es un color que excita al mismo tiempo que da la sensación de intimidad.
- Morado: dentro de los morados hay muchas opciones. Los tonos más claros, perfectos para las habitaciones, indican calma e intimidad. Los más oscuros deben contrastarse con blanco o colores pastel, que sean capaces de darle la luz que les falta para una combinación perfecta.