En esta edición de Es Sexo, Ayanta Barilli y Eva Guillamón hablaron sobre la película Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto, protagonizada por Victoria Abril y dirigida por Agustín Díaz Yanés. Después debatieron sobre cómo se refleja en el cine la muerte según las distintas culturas.
La película, explicó Ayanta, es una verdadera "tragedia" en clave de thriller que refleja las dificultades de ser mujer en la España de los trabajos basura y los bajos fondos, y que en cierto modo recuerda al cine de Scorsese. Según Arconada, la película es ante todo una demostración de la maestría como actrices de Victoria Abril y Pilar Bardem, de cuya relación se desprende todo el dramatismo de la cinta.
La cinta, con razón, ganó ocho premios Goya, entre ellos los de actriz principal y secundario. Arrasó en diversos festivales y acabó siendo una de las principales y más trascendentales películas españolas de la década de los noventa. No obstante y pese a ello, Díaz Yanés tardó bastantes años en rodar su segundo largometraje, Sin noticias de Dios, de mucho menos éxito.
Y por supuesto, también tiene contenido sexual. La película comienza con una secuencia "muy fuerte" en la que Victoria Abril, o su personaje, está arrodillada practicando dos felaciones completamente borracha a dos hombres "completamente repugnantes y en una situación tóxica" que acabará de manera violenta. Hay algunas más, todas ellas centradas en el personaje de la actriz, que pese a todo está enamorada de su marido en coma. "Ella se hiere a sí misma en esas situaciones, y metiéndose en situaciones descabelladas", cayendo y recayendo una y otra vez en los mismos errores.