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Katy Mikhailova

No soy naranjita

Soprende hasta qué punto un color puede convertirse en una herramienta ideológica y de lavado de cerebro.

Soprende hasta qué punto un color puede convertirse en una herramienta ideológica y de lavado de cerebro.
Cordon Press

Sorprendente es hasta qué punto un color puede convertirse en una herramienta ideológica y de lavado de cerebro. Es curioso que el morado nunca me gustara, aun antes de tomar conciencia de la política y de que existe una bandera anticonstitucional que dice ser la sucesora y sustituta de la rojigualda. Y es que el morado representa un partido que surge de la improvisación, el odio y la tomadura de pelo, y nunca mejor dicho. El círculo y el color morado. Morado república. El otro día me tomaba la libertad de reflexionar en público sobre los apellidos que reciben los colores. ‘Azul Klein’, ‘Azul Eléctrico’, ‘Azul Navy’, ‘Azul Añil’, y hasta un ‘Azul Pepero’. Después está el ‘Rosa UPyD’ que no es otro que el magenta; ‘Rosa Chicle’, ‘Rosa Palo’; ‘Verde Pistacho’, ‘Verde Lechuga’, verde que te quiero verde…, ‘verde coñazo’, ideal para cierto colectivo cuya hipocresía se resume en estar a favor de abortar niños, al tiempo que denuncia el asesinato de los toros. Digamos que el verde es, para que lo entiendan bien, para los ecologistas coñazo lo que el morado para los republicanos ausentes. Hay que decir a favor de este tono que VOX lo tiene de color corporativo, un verde claro, para ser exactos, que, según los "expertos" en colores, transmite templanza.

Luego están los rojos… mi apartado preferido. ‘Rojo Pasión’ -también llamado ‘Rojo Valentino’ del que se apropió la casa de lujo-; otros menos románticos lo llaman ‘Rojo Sangre’; los poligoneros solo ven el ‘Rojo Ferrari’. Luego está el rojo ‘Caoba’, ‘bermellón’, ‘Carmesí’, y otros tantos. Y en el último nivel de la gama, se hallan los ‘Rojos Rojos’, esos que defiende el comunismo en su discurso mientras practica un capitalismo agresivo. Esos que dicen que los empresarios son malos pero hacen running con unas Nike, beben la roja Coca Cola que ahora ha unificado el color rojo para todas sus "gamas" de azúcares y cafeínas, y zampan hamburguesas McDonald mientras las "postean" en su cuenta de Instagram mediante un modernísimo y "capitalísimo" Samsung o iPhone.

Y entonces, cuando creíamos que los colores estaban algo agotados, irrumpe el naranjito. Y no hablamos de la mascota del Mundial del 82, aunque su líder tuviera su momento "mascota". Hablamos de ese nuevo color, que no hace mucho también formó parte del PP, con el que inundan y renuevan los gustos políticos de los más decepcionados y hastiados. Pero a algunos no les ha quedado muy claro cuán rojo es este naranja. Mañana hay elecciones. Yo no sé ustedes, pero no perdamos la Esperanza.

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