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Katy Mikhailova

Carmena, 'victim' pero no 'fashion'

La semana pasada arrancaba la Fashion Week Madrid. Mucho talento, pero más de lo mismo.

La semana pasada arrancaba la Fashion Week Madrid. Mucho talento, pero más de lo mismo.
Rocío Crusset en el desfile de Ion Fiz | Cordon Press

La semana pasada arrancaba como siempre la Fashion Week Madrid. Escasas sorpresas, mucho talento, pero más de lo mismo. Sin embargo, una nueva aparición nos ha sorprendido. Me hacía mucha gracia leer, en diarios nacionales, titulares como "Manuel Carmena, otra "fashion victim". Queridos compañeros del gremio: Carmena es "victim" pero muy poco "fashion". Y no hay más que ver cómo viste, cómo se peina, y todo eso. Que ya puestos a hablar, Cristina Cifuentes, quien acudió al desfile de Ágatha Ruiz de la Prada, enfundada en una bonita y original americana, es "fashion" pero no "victim". Vamos, que lo único que comparten es el rubio del pelo, aunque no van al mismo peluquero.

En cualquier caso, el primer puesto se lo doy a Ulises Mérida. Por saber captar la femineidad tan abandonada en estos tiempos y plasmarla en unos tejidos nobles como la seda, el tafetán y la lentejuela, jugando con una paleta de colores que va desde los tonos grises plateados, hasta los azules eléctricos e intensos y morados. Bajo el nombre "Haiku", que hace alusión a los poemas japoneses, el estilo asiático ha predominado en algunas prendas inspiradas en los kimonos; otros vestidos presentaban un corte griego, con mucho volumen, sin rayar en la vulgaridad y la pompa exagerada. Sencillez y elegancia, originalidad, clase… ¡no puedo dedicarle más palabras! Si están pensando hacer una buena inversión en una buena blusa, chaquetón o vestido de noche, por favor, no duden en acudir al atelier de este creador para vivir la experiencia de la alta costura en su propia piel.

El segundo lugar va para la gran sorpresa de una, para algunos desconocida Esther Noriega. Vestidos mágicos, con estampado floral, inocentes, dulces, también femeninos, con carácter y mucha pasión. Del blanco al magenta más intenso, en medio se cuela el "oro sanger", que ustedes se preguntarán qué diantres es el oro Sanger y porqué en la moda los colores tienen apellido. No puedo más que decirles que para lo primero vean fotografías de su colección y lo descubran por ustedes mismos, dado que no hay forma de verbalizar un color, aunque ya se pueden hacer una idea de que la cosa va de dorados; y respecto a lo segundo, pronto escribiré sobre la idiotez de los apellidos para los colores. En su desfile se vieron muchas transparencias. Si tuviera que tildar con algún adjetivo esta colección usaría el término de "colección limpia". No hay nada más vulgar y triste que prendas con exceso de estampados, colores…

El tercer puesto es para Ágatha, por presentar, por primera vez en mucho tiempo, una colección absolutamente "ponible" en la calle. Inspirada en los años 60 y con algunos guiños a los 70, los pantalones campana de talle alto sedujeron a más de una clienta fija agathizada que disfrutaba del espectáculo -entre ellas, yo-. Colores pastel y cintas con lazo en el pelo fueron algunos de los complementos que decoraban su propuesta. Por cierto, una bellísima Rocío Crusset Herrera -hija de Mariló y Carlos- lucía uno de los dos trajes con flecos en color rojo y blanco, con mucha gracia y arte. Gracias, Ágatha, por seguir siéndole fiel a tu estilo.

El cuarto puesto es para Roberto Verino. Pocas sorpresas se vieron, pero es bastante fiel a su filosofía. Pudimos apreciar mucha elegancia pragmática. Trajes clásicos con rayas, americanas y blazers sensuales pero formales, acompañados de una variada propuesta de bolsos. Mucho mono unicolor, y un vestido de noche que me conquistó completamente en color verde intenso, acompañado de un cinturón dorado. Menos es más, Roberto sabe de esto.

Nunca pensé que diría que el puesto cinco sería para David Delfín al que tanto he criticado en anteriores ocasiones. Mi interpretación particular -recuerden que esto es totalmente subjetivo- es que después de una época sin inspiración y de cierta apatía, llega la luz. Y es que le felicito por darle ese toque flamenco y español con un aire al mismo tiempo formal. Habla la colección, en el apartado de "filosofía" de esa nota de prensa que a todos nos proporcionan, de que nada es lo que parece. Y es que, entiendo, esto se podría interpretar de la siguiente manera: de cintura para abajo va la mujer española, sevillana, flamenca, en donde las faldas con volantes rinden homenaje a la más pura España, mientras que de cintura para arriba podemos apreciar guiños alsmokingy lo masculino. Sencillamente genial, David.

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