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Katy Mikhailova

Lo que Carmena podría aprender de Carmen

El titular es tendencioso; las comparaciones odiosas; y quizá, a priori, se preguntarán qué tiene que ver una cosa con la otra.

El titular es tendencioso; las comparaciones odiosas; y quizá, a priori, se preguntarán qué tiene que ver una cosa con la otra.
Carmen Lomana. | Cordon Press

El asunto va de Reyes, de Reyes Magos en concreto, o Reinas Magas. Y es que, entre el bochornoso espectáculo de las "reinas" -algunos bromean con que son las "brujas", yo a tanto no me atrevo- de Ribó, la patética cabalgata sin villancicos y con horrendos trajes, y el ya legendario roscón de Reyes de Carmen Lomana, hemos tenido una semana espléndida.

Menos mal que este último evento me ha dejado un buen sabor de boca para borrar los dos acontecimientos anteriores y poder sobrevivir con el alma tranquila para lo que nos queda de 2016, que es mucho. Y es que, como bien titulo, lo que Carmena podría aprender de Carmen es bastante. Es la elegancia, el saber estar y el respeto a las tradiciones. Es 'glamour' inteligente, en suma. No por dedicarse una a la política y por defender una ideología "progre" tiene derecho a cargarse las navidades españolas, algo tan divino y sagrado como los Reyes Magos.

De 'glamour' Lomana sabe bastante. Este pasado 6 de enero tuvimos una cita en su casa de Madrid. Cita a la que acudieron personalidades como Eugenia de Irujo, 'bloggers' y empresarias de moda como Fiona Ferrer, periodistas como Paloma Gómez Borrero o María Eugenia Yagüe. Al menos unas 50 personas disfrutamos de una velada agradable, con el mejor roscón de Madrid -el de almendras fue, sin duda, el rey de la noche-, en donde no faltaron risas, confidencias y agradables ratos. La marca Schweppes tuvo el placer de servirnos los gin-tonics, esa bebida tan de moda en Madrid. Pocas copas de vino aprecié en el encuentro, aparte de la de mi hermana la violinista Elena Mikhailova; preocupada de no beber demasiado, finalmente le regaló a Carmen 'Asturias' de Albéniz, ya que su madre era asturiana.

Katy y Elena Mikhailova, con Lomana.

Este fue, pues, el lado bello y agradable de estos polémicos Reyes Magos. La otra cara reflejaba cómo está en decadencia nuestra sociedad. Si el otro día, en un atisbo de optimismo creía ver una luz al final del túnel cuando leía que, a pesar de todo, Igartiburu fue lo más visto en las pasadas campanadas, cuando veo las fotos de las tres reinas magas valencianas me dan ganas de echarme a llorar. Con todos mis respetos, sin ser nada personal, los vestidos y el resultado final no podía ser menos vulgar, al mismo tiempo que una cruel metáfora de la tomadura de pelo de algunos políticos.

Hablemos de moda. Escotes desagradables, una confección pésima de los vestidos, pelucas de mala calidad y sobre todo actitud de alienación absoluta es la imagen del solsticio de invierno y el dilema de cómo explicarles a nuestros hijos, hermanos, sobrinos y primos por qué hay 3 reinas y no 3 reyes, y encima vestidas de aquella manera.

Pero, puestos a tener reinas magas, que se haga un casting, y no se escoja al azar a cualquier señora republicana que se preste a favorecer la rotura drástica y vulgar de la historia, la moral, el pasado y la verdad de las Españas, que cada vez quedan menos. El feminismo excesivo llevado hasta la estupidez supina está acabando con todo lo bonito que tenemos. Poco a poco. Despacito, España se va tiñendo de morado.

Aunque pensándolo bien, qué podemos esperar de mujeres con tan poco gusto como Carmena o Colau. Aquella, incapaz de alisarse el pelo; ésta, lejos de hacerse algo con su corta melena a lo garçon alemán años 20, peinado improvisado en el baño de su casa.

Que sí, que sé que la buena gestión política y la bondad no tiene nada que ver con cómo aparente uno, pero los atuendos de estas dos señoras demuestran una continua falta de respeto hacia todos lo españoles. Nunca habría pensado que la vulgaridad se estaría adueñando de las fiestas navideñas, pero veo que estoy equivocada. El próximo año, Mamá Noel -o Noelia- traerá más sorpresas.

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