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Katy Mikhailova

No eres nadie si

No eres nadie en Instagram si no tienes una foto con una colchoneta flotando en una piscina y tú, divino de la muerte, descansando en tal aparatejo.

No eres nadie en Instagram si no tienes una foto con una colchoneta flotando en una piscina y tú, divino de la muerte, descansando en tal aparatejo.
Belén Esteban también tiene colchoneta | Cordon Press

No eres nadie en Instagram si no tienes una foto con una colchoneta -de flamenco, unicornio, trozo de pizza, donut mordido o cocodrilo- flotando en una piscina y tú, divino de la muerte, descansando en tal aparatejo.

Y es que a mí me mandaron uno a casa… ya saben, para que lo promocione. Es un flamingo color rosa. Bueno, realmente es un flotador rosa, como los de toda la vida, pero con más "glamour" porque es un flamenco.  

Después de media hora soplando por un orificio para inflar aquel flotador y otros quince minutos para inflar la cara del animal, ya tenía mi juguete -no, no tengo una bomba de aire que se utiliza para inflar las ruedas de la bicicleta-.

Yo, divina de la muerte -ironía aparte-, me dispuse a sumergirme en mi piscina para después subirme al flotador. Pero entonces llegaron las complicaciones: no sabía muy bien como incorporarme en aquello para conseguir la foto deseada, esa pose de instagram en donde aparece uno tumbado y tomándose un gin tonic.

La escena era cuanto menos ridícula. Yo subiendo y cayendo una y otra vez de la colchoneta al agua; hasta que, al fin, después de diez minutos dando palos de ciego, descubrí que la clave era sumergirme en el agua, salir por el agujero de la colchoneta, subir los pies de tal manera que ambos sujeten el cuello del ave, colocar espalda y cintura sobre uno de los lados del flotador.

Acto seguido llegaba el momento foto. Claro, después de mojarme el pelo se podrán imaginar que no tenía ese aspecto impoluto como el de las demás it-girl de las redes

Todo esto no ha sido más que un experimento que refleja una vez más la mentalidad del postureo actual en las redes sociales. El cómo uno publica una fotografía en donde está divino de la muerte después de haberlas pasado canutas.

Este verano está repleto de idioteces que reflejan cómo nuestra sociedad empieza a corromperse de la manera más estúpida. Que si los Pokemon, que si las colchonetas de diseño…

Pura vida. Aunque entre el postureo "felicidad máxima" y el victimismo de echar pestes contra un ex novio/a, ex amigo/a, trabajo o crisis… qué quieren que les diga: me quedo con lo primero. Al menos no amarga ni perjudica.

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