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Katy Mikhailova

De semen y cocinillas

Un curso gastronómico propone enseñar a los asistentes a preparar diversos platos con este fluido. ¿Hemos perdido el norte?

Un curso gastronómico propone enseñar a los asistentes a preparar diversos platos con este fluido. ¿Hemos perdido el norte?
Cordon Press

De los creadores de ‘la mascarilla facial de semen’ llega ‘aprende a cocinar con semen’. Y es que en Londres han perdido totalmente el norte. Un curso gastronómico propone enseñar a los asistentes a preparar diversos platos con este fluido, y recomiendan acudir a las clases con tu propio semen o el de tu pareja.

Expertos hacen curiosas comparaciones con los huevos de las gallinas y el autor del libro Natural Harvest, el chef Photenhauer, recomienda otros tantos platos con semen.

Y es que el líquido que se encarga de transportar espermatozoides -dicen los expertos- es rico en calcio, magnesio, fósforo, glucosa, sodio, proteínas y contiene vitaminas C y B12. Y, por si fuera poco, ¡no engorda!

Estas noticias podrían darle un giro de 180 grados -o de 360 en lenguaje de Pedro Sánchez- al polémico y reciente caso del "cremoso café" de Minnesota edulcorado con el semen de John R. Lind quien repartía cariño y frustración, de esta manera, a una compañera de trabajo.

Resulta gracioso, sin ánimos de frivolizar, que la chica en cuestión durante varias semanas notara un sabor extraño en el café que ella atribuía a la posibilidad de que la leche estuviera caducada. Por lo que, tan tan tan rico no debe de estar.

Me produce mucha gracia leer declaraciones del chef enganchado a este fluído natural asegurando que "al igual que el buen vino y los buenos quesos, el sabor del semen es complejo".

A este paso no me sorprenderá mucho que David Muñoz incorpore platos especiales en Diverxo, ya que además acaban de estrenar el restaurante en Londres.

Y el próximo gran negocio va a ser la venta del semen en el supermercado, ya sin espermatozoides -supongo-, con el fin de que aquellas personas en cuyo hogar se carece de este fluído, puedan cocina.

Es barato, sencillo y muy sano. ¡¿A qué estamos esperando?! A mí me han entrado ganas de tomarme un gintonic con semen de algún macho alfa. Me pregunto cuál será la próxima idiotez de la que escribiré.

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