La expectación era máxima. La primera dama argentina, Juliana Awada, ha aterrizado en Madrid junto a su marido el presidente Mauricio Macricon motivo de una visita de Estado que finalizará el jueves 23 de febrero.
Durante la mañana del día 22 el rey Felipe VI y su esposa han recibido al jefe de Estado argentino y su esposa en el Palacio Real de Madrid. Como ya le ocurriera con Carla Bruni, doña Letizia no ha podido ir más mimetizada con Juliana Awada y es que ambas han escogido un tono rosa muy similar para sus looks. Mucho se había especulado sobre los modelos que lucirían la reina Letizia y Juliana Awada durante el evento. Los expertos en moda coinciden en que ambas tienen un estilo similar.
Letizia ha optado por un traje falda y chaqueta que ya lució en un viaje a Estados Unidos durante a su visita a la Universidad de Stanford y Silicon Valley en 2013, mientras que Juliana ha aparecido con un elegante abrigo con cuello de pelo que ha combinado con unos stilettos con tachuelas de Valentino. Ambas han coincidido también el peinado con las dos apostando por un recogido medio bajo.
En la cena, la reina Letizia y Juliana Awada han vestido tan diferentes como la noche y el día. La Reina de España ha lucido un vestido largo negro de terciopelo del diseñador Felipe Varela, y con el que ha querido destacar que, por primera vez desde que es Reina, ha lucido varias de las "joyas de pasar" que se heredan de reina a reina. Jamás hemos visto a la reina con tantas joyas, lo que nos lleva a pensar que Letizia quizá quería lanzar un mensaje de autoafirmación –a ella o la Corona– en un momento complicado para todos.
La mujer de Felipe VI ha acompañado el vestido con la banda de la Orden del Libertador San Martín que le fue concedida en 2009 y que ha sujetado con un broche de diamantes en forma de flor de lis, icono de los Borbones, que pertenece a la tiara Princesa. Una diadema que Felipe le regaló en su quinto aniversario de boda, sin duda una reivindicación del amor de su marido.
Pero aún hay más: la Reina consorte ha lucido por primera vez la tiara de la Flor de Lis, la joya más importante del joyero de los Borbón. Y acompañando a la corona, que sin duda refuerza su imagen de Reina, ha elegido las Pulseras Gemelas y unos pendientes que pertenecían a la Princesa Victoria Eugenia de Battenberg... y que lució Cristina de Borbón en su boda con el condenado Iñaki Urdangarín.
¿Estaba la Reina lanzando un mensaje a la infanta tras el final del proceso judicial que ha culminado en su exoneración? Lo cierto es que estas joyas ya fueron lucidas y combinadas por la reina Sofía durante su etapa en el trono, reforzando esa imagen de continuidad en un momento de crisis, el de la débil condena a Iñaki Urdangarín y la infanta por el caso Nóos. Una forma de decir "estas joyas ahora son mías" a la infanta, que de momento sigue fuera del núcleo duro de la Familia Real.
Se trata, en todo caso, de unas joyas con historia monárquica. Las pulseras, por ejemplo, fueron parte de una pequeña corona que el rey Alfonso XIII le regaló a su futura esposa con motivo de su enlace matrimonial. En un momento determinado, Victoria Eugenia, ya en el exilio, encargó a Cartier dos modificaciones en dicha corona. La segunda vez, el diseñador desmontó la pequeña corona real y con los diamantes hizo dos pulseras, que son las que ha lucido la reina esta noche.
La corona y los pendientes pertenecían también a Victoria Eugenia, que dejó estipulado en su día que el traspaso de estas "joyas de pasar" solo fuera de soberana a soberana. Con su estilo, la reina Letizia ha querido honrar a la familia Borbón, meterse en el papel de mujer del rey Felipe VI y dar el papel que se merece a las joyas de sus antecesoras.