El 2016 fue un gran año para el turismo. De hecho, se calcula que, en todo el mundo, el número de visitas de extranjeros aumentó en un 3,9 %, llegando a superar la cifra de 1.200 millones de viajeros, según la información facilitada por la Organización Mundial del Turismo (OMT) Y una gran parte de esas visitas va a parar, año tras año, a Roma.
La capital de Italia ocupa el puesto número siete del ranking europeo de las diez ciudades más visitadas por extranjeros, llegando a acoger en el 2016 a 7,12 millones de turistas, según el portal de estadísticas y estudios Statista. No son de extrañar estas cifras porque Roma tiene algo que no posee ningún otro lugar: es la ciudad que posee la mayor cantidad de bienes históricos del mundo y eso hace que sea un testimonio presente de todo el pasado.
Lo que mucha gente no sabe es que cerca de Roma, a tan sólo un viaje en coche, también se pueden encontrar verdaderas joyas, esta vez, en forma de jardines. Hacemos un repaso a los más destacados.
1. Villas Pontificias de Castelgandolfo. Se encuentran realmente cerca de Roma puesto que su ubicación es el mismísimo Vaticano. Hasta esta ciudad también llegan unos cuantos medios de transporte. El actual Papa, Francisco, decidió en marzo de 2014 que la entrara a estos jardines fuera de acceso público (previo pago de entrada) Ofrece unas impresionantes vistas sobre el lago Albano. Estos jardines, los Barberini, cuentan con 30 hectáreas y en ellas se pueden apreciar restos romanos datados del emperador Domiciano. Dar un paseo por este lugar supone encontrarse con magnolias, rosas, encimas y una suave fragancia procedente de hierbas aromáticas. Las visitas duran cerca de una hora y media y están disponibles de lunes a sábado (a las 08.30, a las 10.30 y a las 11.30) El coste es de 26 euros por persona.
2. Orto Botanico. En el mismo barrio de Trastevere se puede encontrar un terreno de 12 hectáreas plagado de yuca y palmeras. Para recorrer este jardín se han creado diferentes rutas con grava y aquí se pueden encontrar más de 3.500 especies de plantas (incluyendo algunas en peligro de extinción). Hoy en día pertenece a la Universidad de Roma La Sapienza. Cuentan con un jardín del olor y del tacto para aquellas personas con discapacidad visual. Abre todos los días, a excepción de los domingos.
3. Villa del Este. Esta villa fue construida alrededor del año 1555 para el cardenal Ippolito d'Este y fue declarada Patrimonio de la Humanidad en el año 2001. Una de las cosas que más llaman la atención de sus jardines es el complejo acuático con el que cuenta: no sólo fuentes, también piscinas, escaleras de agua y grutas. El agua que hasta allí llega es el del mismo río Aniene, que pasa cerca y se ha canalizado para abastecer a este lugar. Este lugar abre a diario, con la excepción de los lunes, de 08.30 a 18.30 horas.
4. Villa Lante. Ésta se encuentra en el pueblo Bagnaia (a una hora y media de Roma) La villa se construyó en el año 1477 y es un claro ejemplo de la arquitectura renacentista italiana. En el centro del jardín se puede apreciar un eje de agua (con varias fuentes y escaleras de agua) Otras de sus características son los numerosos setos con los que cuenta con diferentes formas geométricas. Además de por su abundancia de agua, esta villa destacada por encontrarse muy próxima a los bosques naturales. El precio por persona es de 5 euros y el horario varía en función de los meses del año, pero siempre abren a las 08.30.
5. Castel Giuliano. Cuenta con uno de los mejores jardines de rosas del mundo (con más de 1.000 rosales trepadores, obra de la Marchesa Umbertina Patrizi) Sólo abre las puertas al público mediante reservas anticipadas. La armonía de tonos y colores en el lugar es deslumbrante. Se pueden ver pinos, robles y cedros del Líbano.
6. Villa Medici. Sus jardines datan del siglo XVI y están formados por un conjunto de plazas, vegetación y fuentes. Una de las cosas que más caracteriza a este lugar son sus esculturas. Abren sus puertas todos los días, salvo los lunes cuando ofrecen visitas guiadas en inglés, italiano y francés.
7. Jardines japoneses. Como toque exótico y totalmente distinto de los anteriores se encuentran estos jardines del Instituto Cultural de Japón en Roma. Aquí es muy común poder ver los característicos cerezos del país asiático acompañados de pinos, lirios y glicinas. Completan este cuadro zen un conjunto de estanques, una cascada, un puente de madera y una lámpara de piedra. La obra es del diseñador japonés Ken Nakajima. La entrada, en este caso, es gratuita y se puede contar con una visita guida. Para esto es imprescindible hacer una reserva antes y contar con un grupo de unas 15 o 20 personas.