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Katy Mikhailova

Moda políticamente correcta (y aburrida)

La moda es moda, no un canal de manipulación social. Ya está bien de politizar los Goya, los Oscars, los Juegos Olímpicos, y todo lo que se nos cruce.

La moda es moda, no un canal de manipulación social. Ya está bien de politizar los Goya, los Oscars, los Juegos Olímpicos, y todo lo que se nos cruce.
El diseñador Virgil Abloh, Gigi Hadid y Bella Hadid en la Paris Fashion Week. | Cordon Press

Mientras en la pasarela 080 de Barcelona algunos diseñadores reinventan el look del confinamiento, ¡qué original! (modo ironía), en Nueva York tienen que encontrar un gancho para ser noticia y alimentar el lobby socialdemócrata. En Estados Unidos la moda tiene que promover las elecciones para marcar una dirección a la escasa creatividad que debe de haber. Y es que un grupo de diseñadores, (de esos que van para “genios”), liderados por el revolucionario Virgil Abloh, este miércoles han presentado en la Fashion Week de Nueva York una colección de moda que tiene por fin animar a que la gente vote en las próximas elecciones americanas. 

Virgil Abloh es dj, productor musical, diseñador y todo lo que él quiera ser. Si diseña uno para Louis Vuitton desde 2018, ya encima podemos (debemos) callar. Virgil todo poderoso. Todo lo que Virgil vaya a parir, es obra maestra y arte genuino por defecto. 

En verdad: es una absoluta idiotez. Quien crea que deba votar, lo hará. Quien piense que el país necesita un cambio, votará. Quien sienta que tiene un deber con su nación, votará. Creo que la moda (y los que hacen moda) debería dejar de buscar discursos sociales, y ceñirse a que la gente vista con un mínimo de sentido común para saber que a la universidad no se va en chanclas y a la playa no se baja en tacones. A partir de aquí, podemos seguir innovando.

Y es que, entre otras piezas magistrales y sublimes, se ha podido ver camiseta con el logo ‘Model Voter’ (votante modelo) o una mascarilla que lleva por lema “vote” (vota). ¡Creatividad por doquier!  Esto último es una cruel metáfora que, según cómo se interprete, invita a pensar que le piden a uno que calle pero que vote. Con bozal pero modélicos. 

Todos estos movimientos me generan una pena inmensa, porque no necesitan los americanos que un grupo de diseñadores les diga lo que tienen que hacer. Es una especie de marea anti-trump, que me recuerda a cuando los actores y artistas apoyaban a Zapatero con ridículos spots en televisión, para que luego a Julio Iglesias se le criticara por haber apoyado a José María Aznar en las elecciones.

La moda está para crear sueños. No inducir conductas políticamente correctas. La moda es moda, no un canal de manipulación social. Ya está bien de politizar los Goya, los Oscars, los Juegos Olímpicos, y todo lo que se nos cruce. Empecemos a darle a cada arte su sitio, pues la política tiene ya su escenario. Respetemos las pasarelas para hacer espectáculos, pero de los buenos: de esos en los que hay ingenio, sofisticación, filosofía, color, fuerza, personalidad... y no camisetas de algodón presuntamente “recicladas” con aburridos eslóganes válidos para crear la noticia rápida y facilona. Gracias, pero no: gracias. 

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