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Animalistas radicales acosan a científicos

Unos activistas pegan carteles con la dirección y número de teléfono de investigadores italianos a los que tachan de "asesinos" por usar animales.

Unos activistas pegan carteles con la dirección y número de teléfono de investigadores italianos a los que tachan de "asesinos" por usar animales.
Uno de los carteles que acusan a investigadores de "asesinos de animales". | Speaking of Research

Esta semana, algunas calles de Milán han aparecido empapeladas de carteles en los que se tachaba de "asesinos" a varios científicos del país. A Alberto Corsini, un farmacólogo, se le acusaba de "haber torturado animales durante más de 30 años". Debajo de su foto estaban la dirección de su casa y su número de teléfono. "Llama a este verdugo y dile lo que piensas de él", decían los afiches con los que los movimientos animalistas radicales han vuelto a poner en alerta a la comunidad científica italiana.

Organizaciones científicas y representantes del Gobierno han condenado este acto de "amenaza e intimidación", según informó esta semana la revista Science en su sección de noticias. La campaña también ha atacado al fisiólogo Edgardo D'Angelo, el parasitólogo Claudio Genchi, y la bióloga Maura Francolini, todos de la Universidad de Milán. La acción no ha sido reivindicada por ningún grupo.

El acoso coincide con el proceso de aprobación en Italia de una nueva ley de experimentación con animales que parece más restrictiva que la normativa europea que pretende trasponer. Esto ha originado protestas de científicos en el país, que opinan que la norma puede dañar seriamente la investigación básica. Por el contrario, las organizaciones de defensa de los animales como la llamada Liga Antivivisección aplauden la norma.

La polémica alcanzó un nuevo nivel a finales de año cuando Caterina Simonsen, una estudiante de Veterinaria de 25 años que vive pegada a un respirador por las enfermedades genéticas raras que sufre, publicó en su página de Facebook una foto diciendo: "Sin experimentación animal habría muerto a los nueve años". Su página pronto se llenó de mensajes despectivos y amenazas como: "Puedes morirte mañana. No sacrificaría a mi pez por ti". Simonsen borró su foto tras recibir 500 amenazas, pero su causa ha recibido miles de apoyos en otra página creada para defender la experimentación animal.

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