Es conocido que el sexo entre animales de distinta especie existe, aunque sean de especies similares o de animales que viven en cautiverio. Lo que no era tan conocido era este comportamiento entre especies tan dispares como un macaco japonés o mono de la nieve y una hembra de ciervo sika.
Este descubrimiento, observado por científicos de la Universidad de Estrasburgo, ocurrió en el parque natural de la isla japonesa de Yakushima. Hasta ahora se conocía que ambas especies vivían amigablemente. De hecho, los ciervos comen los frutos que los monos tiran de los árboles y se alimentan de las heces de los macacos. Además, desparasitan a los ciervos y los montan como si fueran caballos. Pero esta vez el que ha intentado ir más allá de esta sana amistad ha sido el simio macho.
Este vídeo, grabado en noviembre de 2015, ha servido para que la revista Primates publique un estudio sobre el sexo entre especies. En este caso, se preguntan si el comportamiento del mono es social y aprendido o solo una explosión de hormonas durante la época de apareamiento. Parce que el protagonista de esta historia asaltó a la cierva debido a la ausencia de hembras de su especie. Éste es un macho secundario de la manada, por lo que tiene difícil acceso a las hembras de su propia especie.
El resultado del asalto del macaco fue en vano, ya que intentó copular con la cierva en dos ocasiones sin conseguirlo. No hubo penetración, seguramente por las diferencias físicas, pero sí eyaculación.
Este caso se suma a otros observados desde los años 90 cuando unos guardabosques pillaron en una reserva de Sudáfrica a elefantes tratando de aparearse con rinocerontes. En el año 2007 se grabó a un chimpancé de un zoo de Hawai intentando tener sexo con una rana.
Más reciente es el caso de los leones marinos copulando con pingüinos en la Antártida. Era la primera vez que se grababa a animales de distinta especie en libertad practicando sexo.
