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¿De verdad es mala la leche de vaca? Seis preguntas y respuestas

Bebidas de soja o de arroz compiten con la leche de vaca en el supermercado y muchos consumidores la han desterrado de su dieta. ¿Tienen razón?

Bebidas de soja o de arroz compiten con la leche de vaca en el supermercado y muchos consumidores la han desterrado de su dieta. ¿Tienen razón?
¿Es mala la leche de vaca? | Pixabay/CC/Couleur

Algunos consumidores han tenido que renunciar a la leche de vaca por la intolerancia a la lactosa, una afección que provoca problemas digestivos –y que no guarda relación con la alergia a la leche– y que les obliga a buscar alternativas a este producto. Pero quizás por imitación, o por la creencia errónea de que beber leche puede dificultar la digestión, hay personas que se han pasado al consumo de bebidas de arroz, de soja o de almendra pensando que así mejorarán su salud.

Dejando aparte que la intolerancia es un problema real que afecta a muchas personas y que debe ser, siempre, diagnosticado por un médico, beber leche de vaca no es perjudicial, sino todo lo contrario. Estas son algunas de las ventajas de un producto que se puede consumir a cualquier edad –también de adulto, y de forma especialmente recomendable en personas mayores– y que es esencial en la infancia, en la adolescencia, y, en el caso de la mujer, durante el embarazo y la menopausia:

1. Tiene calcio… pero ¿cuánto?

Un vaso de leche tiene aproximadamente un cuarto de los 1.000 miligramos de calcio que constituyen la cantidad diaria recomendada para un adulto. Aunque dicha cantidad puede obtenerse de otros alimentos también ricos en este mineral –como las espinacas o las sardinas–, un rito tan fácil como beber dos vasos de leche al día proporciona ya la mitad de este mineral, fundamental para el mantenimiento de los huesos y esencial en etapas de desarrollo del niño y el adolescente y en el embarazo.

2. ¿El alimento más completo?

Su buena fama, diluida en los últimos tiempos, se debe a su alto valor nutricional: la leche, aunque compuesta en su mayor parte de agua, es muy rica en proteínas fácilmente asimilables por el ser humano, grasas animales –en el caso de que se consuma entera–, hidratos de carbono, vitaminas (B2, A, D, E y K) y minerales, como el ya citado calcio, el magnesio y el cinc. El desgrasado de la leche provoca la pérdida de vitaminas, por lo que en su versión desnatada, muchas marcas la enriquecen.

3. ¿La grasa de la leche es mala?

La leche es rica en grasa pero no tanto como se cree: oscila entre el 3,5% de grasa de la leche entera hasta el 0,5% de la desnatada. Un 55% de los ácidos grasos de la leche son saturados de cadena larga, un 12-15% son saturados de cadena corta, un 25% son monoinsaturados y entre un 3 y un 5% son poliinsaturados. Para los niños se recomienda el consumo de leche entera, con todos los nutrientes, mientras que para personas con colesterol, obesidad u otras patologías se aconseja el consumo de leche descremada enriquecida.

4. ¿Cuál es la sustancia que da problemas cuando se tiene intolerancia a la leche?

La sustancia responsable de las intolerancias es la lactosa, el carbohidrato principal de la leche. Está compuesto de glucosa y galactosa y para que el intestino pueda asimilarlo se necesita la presencia de una enzima, la lactasa, capaz de romperlo. En personas con déficit de esta enzima, la leche puede provocar problemas intestinales como dolor o hinchazón. La alternativa es la leche sin lactosa, en la que la lactosa es hidrolizada (es decir, se rompen sus moléculas) y no genera problemas en el colon.

5. ¿Qué hay de cierto en la presencia de hormonas o antibióticos en la leche?

Quienes denostan la leche y sus derivados alertan de que pueden llegar a ella hormonas y antibióticos suministrados a las vacas. Desde la federación nacional de industrias lácteas lo niegan y se remiten a los controles de calidad que comprueban la no existencia de residuos de antibióticos ni de hormonas. Además, explican que la leche, para garantizar su salubridad y que pueda ser consumida varios meses después del ordeño, es sometida a procesos de higienización como la pasteurización y esterilización UHT que eliminarían cualquier microorganismo patógeno, incluidos los antibióticos, y las hormonas.

6. ¿Tienen alguna ventaja las bebidas alternativas a la leche?

Son muy distintas. La principal diferencia es el nombre: las bebidas de soja, arroz, avena, etc no pueden denominarse "leche" por una normativa europea que limita el término al "líquido segregado por un mamífero". Todas son diferentes, con sus ventajas y desventajas: entre las primeras, se puede citar el menor aporte de grasa –aunque no hay diferencia en el caso de que la leche sea desnatada–, la presencia de isoflavonas en la bebida de soja y la ausencia de proteínas animales y de lactosa, lo que las hace aptas para vegetarianos y para intolerantes o alérgicos. El sabor es muy distinto y, en función de la marca, se suplen las carencias con la incorporación de calcio y vitaminas.

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