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¿Cómo nació WhatsApp?

Su cofundador y CEO nació en Kiev, sobrevivió al llegar a EEUU a base de cupones de comida y vendió su empresa por 19.000 millones de dólares.

Su cofundador y CEO nació en Kiev, sobrevivió al llegar a EEUU a base de cupones de comida y vendió su empresa por 19.000 millones de dólares.
Como Twitter, WhatsApp nació como una aplicación para compartir qué hacíamos en cada momento. | Cordon Press

Jam Koum nació y creció en un pueblo de las afueras Kiev, entonces parte de la Unión Soviética, donde vivía en una casa sin agua caliente y en la que el teléfono era casi un adorno: sus padres rara vez lo usaban por si estaba pinchado. Cuando tenía dieciséis años emigró con su madre para huir de la represión antisemita del nuevo Gobierno ucraniano y sobrevivió en California los primeros años gracias a los cupones para comida de la asistencia social, mientras ella trabajaba de niñera y él fregando los suelos de una tienda. La maleta que trajeron de Ucrania estaba llena de bolígrafos y cuadernos de notas para no gastar dinero en material escolar.

Su interés por los ordenadores le llevó a la universidad y a un trabajo poniendo a prueba la seguridad de servidores y aplicaciones para la consultora Ernst & Young. Uno de los encargos le llevó a Yahoo en 1997, donde conoció a Brian Acton, que había sido el empleado número 44 de la empresa, y ambos conectaron rápidamente. Yahoo debió quedar satisfecha con su labor porque lo contrataron al año siguiente y Koum, como tantos otros, dejó sus estudios para seguir una lucrativa carrera en la empresa puntocom.

Los años que siguieron en Yahoo les convirtieron en amigos más que en compañeros de trabajo. Dejaron juntos la empresa en septiembre de 2007 y tras un año más o menos sabático que pasaron viajando y jugando a ultimate, una especie de fútbol americano con frisbee, Koum se compró un iPhone en enero de 2009 y todo cambió. Convencido de que las apps pronto serían una gran industria, tuvo pronto una idea: quería que en la lista de contactos apareciera junto a cada nombre un pequeño mensaje que indicara qué estaba haciendo esa persona. Fundó la empresa en febrero con un nombre que era un juego de palabras entre "What's up" (qué pasa) y la palabra App. Tras contratar a un programador para que hiciera la app mientras él se encargaba de los servidores, la aplicación apareció en mayo en la App Store de Apple.

Koum se desanimó a las pocas semanas. La aplicación fallaba con frecuencia y no tenía demasiados usuarios, de modo que pensó en dejarlo. Su amigo Brian le quitó la idea de la cabeza y le pidió que le diera unos meses más, mientras él mismo intentaba que le contrataran en Twitter y Facebook sin éxito. Entonces Apple actualizó el sistema operativo del iPhone y permitió a las aplicaciones enviar notificaciones. WhatsApp se actualizó para enviar una cada vez que un amigo cambiaba su estado. Entonces Koum se dio cuenta de que sin pretenderlo había creado una especie de servicio de mensajería instantánea, así que lanzó WhatsApp 2.0, que ya era básicamente la aplicación que todos conocemos, con su doble check y todo. Esta vez había acertado. En un par de meses ya tenía 250.000 usuarios.

Brian Acton por aquel entonces seguía sin empleo y estaba dándole vueltas a una idea para una startup que no iba a ningún sitio. Koum fue a enseñarle el nuevo WhatsApp y Acton se dio cuenta de que aquello podía ser un sustituto perfecto para el SMS e incluso para el MMS, aquel servicio carísimo que las operadoras querían que usáramos para enviarnos fotos. Así que se incorporó al equipo y pronto consiguió que cinco amigos de Yahoo invirtieran 250.000 dólares, gracias a lo cual Koum le concedió el título de cofundador y un porcentaje en la empresa.

En aquellos primeros días, WhatsApp era a veces de pago y a veces gratis. La razón era que, aunque pretendían que no costara dinero, estaba creciendo demasiado rápido para poder asumir los costes en servidores y el envío del SMS de confirmación, su mayor gasto por aquel entonces, así que usaban el precio de la aplicación para ralentizar su crecimiento. Pero cuando en diciembre de 2009 añadieron la capacidad de enviar fotos y los usuarios seguían creciendo a lo bruto pese a ser de pago, decidieron, qué demonios, dejar la aplicación así.

En febrero de 2014, cinco años después de haber creado la empresa, Facebook la compró por 19.000 millones de dólares. Se estima que de ese dinero Brian Acton se llevó 3.000 millones y Jan Koum 6.800. Pero el acuerdo con Zuckerberg se firmó en el mismo centro de asistencia social de Mountain View al que Koum acudía para recibir sus cupones de comida.

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