El cloro es lo peor. "Los rayos del sol y el salitre provocan la degradación de la queratina y la melanina del cabello, que lo debilita y reseca, pero los efectos del cloro de las piscinas en nuestro pelo son más graves. Se trata de un producto muy agresivo, que se usa para eliminar bacterias en el agua, cuyo poder desinfectante ataca también a la piel y al cabello.
Además, es el enemigo número uno de los cabellos coloreados y decolorados, ya que actúa directamente sobre el poro y los pigmentos del cabello, destiñendo los colores. Con su influencia, los cabellos oscuros se aclaran y los rubios viran a verde, obteniendo un efecto parecido al que resultaría si le echáramos lejía", asegura Justine de Villepin, experta de las peluquerías Franck Provost Paris.
Por eso, la mejor prevención es aclarar muy bien el pelo y la piel en la ducha al salir de la piscina. En cuanto al sol, usar protector solar para el cabello, siempre es una buena opción.