Nokia, hasta hace no mucho el líder indiscutible de la industria, ha visto cómo su cuota de mercado en los teléfonos inteligentes se ha desplomado hasta quedar por debajo del 10%, lejos del 50% del que gozaba antes del lanzamiento del iPhone en 2007, y su difícil situación se materializó este año con el anuncio de 10.000 despidos.
Por su parte los dispositivos con el sistema operativo de Microsoft no han conseguido captar ni un 5% de este mercado, que domina con un 68% el sistema operativo Android de Google y con el 17% el iOS que está integrado en los iPhone de Apple.
Si los nuevos teléfonos no seducen a los consumidores podrían significar el final para la deficitaria Nokia y un duro golpe a los intentos de Microsoft de recuperar su peso en el mercado. Tanto que muchos especulan con que el gigante norteamericano acabe absorbiendo a la compañía finlandesa en 2013 para poder tener alguna oportunidad de convertirse en al menos la tercera plataforma en el mercado, tras Google y Apple.
Los nuevos Lumias pueden beneficiarse de continuos descensos del BlackBerry de Research In Motion y también de un reciente revés legal sufrido por el sistema operativo Android.
El esperado evento de Nokia y Microsoft, que se produce tan solo una semana antes de que Apple presente el iPhone 5, no pareció gustar entre los inversores. Al cierre de la sesión en Wall Street, las acciones de la finlandesa que se cotizan en la bolsa de Nueva York se desplomaron el 15,9%, con lo que han perdido más del 60% en los últimos doce meses, en tanto que las de la estadounidense subieron un mínimo 0,02% en el mercado Nasdaq.