Durante años, los rumores sobre los nuevos modelos del iPhone de Apple han acaparado toda la atención. Sin embargo, entre que la compañía de la manzana parece haber perdido su capacidad para ocultar las novedades y que empieza a sufrir una fuerte competencia de la tropa Android, la prensa empieza a tener algo más de interés en los rumores sobre otras compañías.
El terminal estrella al margen del de Apple es el Samsung Galaxy S, que en determinados momentos se ha llegado a vender más que el propio iPhone. Así pues, los rumores están desatados. El más insistente es el referido a la pantalla. Sería un poco más grande, en concreto de 5 pulgadas, y tendría una resolución de 1920x1080 píxeles, es decir, Full HD, como la de los televisores. Eso supone una densidad de 441 píxeles por pulgada, mucho mayor que la famosa pantalla Retina de Apple, que se queda en 326. Lo que no será aún es flexible, ya que la compañía coreana ha decidido retrasar la producción de este tipo de pantallas.
En cualquier caso, precisamente la complicada fabricación de esta pantalla con la habitual tecnología AMOLED que emplea Samsung posiblemente marcaría la segunda de las grandes incógnitas que rodean al terminal: las fechas de presentación y lanzamiento. No llegaría en ningún caso antes de finales de febrero de 2013, en el Mobile World Congress de Barcelona. Sin embargo, muchos apuestan a que la fecha será posterior, para imitar a Apple tanto en la cadencia de una renovación al año como en la celebración de un evento dedicado exclusivamente al terminal. En todo caso, no se presentará antes de febrero, y cabe esperar que esté disponible muy poco después de la presentación, dos o tres semanas todo lo más.
Otro rumor sugiere que podría contar con un microprocesador Exynos de ocho núcleos fabricados con tecnología de 28 nanómetros que Samsung presentará en febrero. No obstante, tendría truco ya que no funcionarían los ocho núcleos a la vez. El chip consistiría en dos microprocesadores en uno: cuando hiciera falta, se activarían los potentes cuatro núcleos A15, que superan a los A9 con los que cuenta el Galaxy S3; en los momentos más tranquilos se activarían los cuatro núcleos A7, menos potentes que los A9 y A15 pero con un consumo también menor.
Sin embargo, podría ser un poco pronto para apostar por este chip, así que parece más probable que cuente con un cuádruple núcleo A15. Puede que la diferencia entre A9 y A15 suene un poco a chino, pero los que saben de estas cosas afirman que un chip de doble núcleo A15 es más potente que uno de cuatro núcleos A9.
Otro de los cambios que suelen traer los nuevos teléfonos es una nueva cámara, y parece que no serán mejoras internas, difíciles de publicitar. Si algo ha caracterizado a Samsung es emplear las mismas técnicas con las que se promocionaban durante años los ordenadores, cada vez con más velocidad, más memoria y más disco duro. Así, en lugar de los 8 megapíxeles del iPhone y el S3, el nuevo móvil de Samsung incluiría un nuevo sensor de 13 megapíxeles que ya planeaba incluir en el Note 2, pero que se abstuvo de hacerlo al no poder fabricarlo Sony todavía en las cantidades requeridas por un lanzamiento como éste.
Y por supuesto el terminal contaría con un nuevo diseño. Ya están circulando numerosas propuestas de diseño en internet, como la que encabeza este artículo y que cuenta con dos cámaras para poder hacer fotos en 3 dimensiones al estilo del LG Optimus 3D, algo que parece sumamente improbable. Pero si continúa con sus costumbres, su aspecto será bastante diferente al del S3.