El principal escollo para optimizar la red eléctrica es la falta de una tecnología de almacenamiento de energía viable y eficiente que permita desacoplar producción y consumo. Pero a falta de ello, Tesla ha lanzado bajo su nueva subsidiaria Tesla Energy un sistema de baterías para el hogar que facilite a los usuarios independizarse de la red eléctrica por completo.
Powerwall es un sistema de armarios bastante elegantes diseñados para instalarse en la pared de una casa o un garaje y que contienen varias baterías de ión-litio a un precio competitivo. Existen dos usos posibles para esta tecnología. El más conservador sería emplearlo para abaratar la factura cargándolo en las horas valle cuando la electricidad es más barata y tirar de él en las horas en que es más cara o cuando haya cortes en el suministro. El uso más radical sería la instalación de células fotoeléctricas en casa y así optar por el autoconsumo, con la posibilidad real de desconectarse de la red eléctrica completamente.
Las baterías vienen en dos versiones. La más barata costará 3.000 dólares (2.700 euros aproximadamente), está pensada para un ciclo de carga y descarga diario y puede almacenar 7kWh. La más cara puede guardar 10 kWh para un ciclo semanal y costará 3.500 dólares (3.150€). Miden 1,3 metros de alto por 86 centímetros de ancho y sólo 18 centímetros de grosor, y pueden comprarse y colocarse juntas hasta ocho de estas baterías si necesitamos más energía. Tesla también ofrecerá a empresas y compañías eléctricas los Powerpacks, que tienen capacidades de 100 kWh y cuyo precio no se ha anunciado.
Uno de los problemas de estas baterías de ión-litio, como sabemos todos los usuarios de móviles y tabletas, es que según van pasando ciclos de carga y descarga la capacidad total se va reduciendo, de modo que tendríamos que renovar la instalación cada cierto número de años. Tesla Energy no ha desvelado cuánto aguantan sus baterías, aunque la garantía es de 10 años para un ciclo diario en el caso de 7kWh y semanal en la de 10kWh.
Suponiendo que las baterías sean capaces de aguantar su capacidad 10 años, el precio del kilowatio hora almacenado sería de unos 12 centavos, un 10,7 céntimos de euro al cambio actual. Añadiendo el coste de un inversor y de la instalación subirá previsiblemente a los alrededores de los 13 o 14 céntimos, al que habría que sumar la instalación fotovoltaica. En España no saldría a cuenta, aunque sí podría ser rentable si nos desconectáramos por completo de la red eléctrica ahorrándonos el término fijo de potencia, que eleva el precio de medio a unos 22 céntimos por kWh. Eso suponiendo que los Powerwall cuesten lo mismo aquí, que es mucho suponer.
Hay que indicar que en el mundo del autoconsumo hay temor ante un decreto-ley sobre el llamado peaje de respaldo que fue anunciado por el Gobierno hace ya casi un par de años pero que nunca se ha aprobado. Este decreto haría inviable económicamente la generación casera de electricidad mientras se siga conectado a la red eléctrica. Estas baterías, si tras los cálculos sale a cuenta, podrían incentivar el autoconsumo al permitir a sus compradores huir por completo de la hiperregulada red eléctrica. Aunque en ciudades haría falta el acuerdo de las comunidades de vecinos, lo cual parece complicado.
No obstante, aunque las Powerwall estarán en el mercado norteamericano este verano, la expansión internacional no llegará hasta 2016. Y tampoco suponen una mejora revolucionaria sobre lo que ya hay en el mercado, si exceptuamos su pequeño tamaño y que, la verdad, son bastante más estilosas. Pero supone una apuesta de Tesla por reposicionarse como una compañía dedicada a la tecnología de las baterías, sea en coches, el hogar o la empresa.