Investigadores de la Universidad de Tokio junto con el laboratorio Somera han desarrollado una capa ultrafina, de apenas tres micrómetros, y flexible que integra una pantalla OLED como la que tenemos en los teléfonos móviles pero mucho más básica, de momento.
Esta fina película, similar al papel transparente que tenemos en la cocina de casa, se puede integrar en la piel sin que se rompa con el movimiento, como si se tratase de un tatuaje. La pantalla que se ha conseguido crear es de LED de 7 segmentos de números y letras digitales conseguida mediante la reducción de densidad tras la creación de diodos orgánicos de emisión de luz PLED y fotodetectores orgánicos OPD.
El fin perseguido es de control médico ya que podría mostrar el nivel de oxígeno en sangre o el de azúcar para diabéticos, además de información para deportistas, gracias a que está conectada a varios sensores por el cuerpo.
El desarrollo de este tipo de tecnología dejaría en entredicho la idoneidad de los relojes inteligentes o de las pulseras cuantificadoras, ya que podríamos tener la misma información en la piel sin necesidad de lucir uno de esos wearables.