Si la amenaza de Donald Trump de traer la producción de Apple a los Estados Unidos se hiciera realidad, el incremento del precio en dispositivos como el iPhone se dispararía de una forma desorbitada.
Los estudios más alarmistas revelan que un iPhone construido en suelo norteamericano rondaría los 2.000 dólares, más del doble del precio actual. Para llegar a este precio se tiene en cuenta la gran cantidad de componentes que necesita este smartphone y que son producidos por varios fabricantes chinos y ensamblados para lograr que todo vaya sin problemas. A esto habría que añadir el coste de dichos componentes si fueran fabricados en EEUU.
Hay otra versiones que dejan el precio de un iPhone ‘made in EEUU’ más caro que el actual pero alejado de esos 2.000 dólares. Si se decidiera montar este móvil en fábricas estadounidenses trayendo los componentes desde China, el precio se incrementaría en unos 40 dólares.
Si por el contrario el iPhone se fabrica en Estados Unidos y crean los componentes en terreno norteamericano, se dispararía el precios unos 100 dólares.
A estos dos últimos estudios les faltaría añadir la implantación de las fábricas en EEUU y la incorporación al mercado laboral de unos 150.000 personas, que son las que se dedican en China a todo el ciclo de producción del iPhone.