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Análisis PSVita

'Killzone Mercenary': se puede hacer un buen 'shooter' en una portátil

Por fin llega a PlayStation Vita uno de los títulos más esperados por los poseedores de la portátil de Sony.

Por fin llega a PlayStation Vita uno de los títulos más esperados por los poseedores de la portátil de Sony.

Este shooter en primera persona ha tenido que soportar cierto clima de incredulidad general. Y es que Guerrilla Cambridge, anteriormente conocidos como SCE Cambridge Studio, prometió ofrecer un título de disparos en primera persona que permitiera lucirse a la portátil tanto en el plano visual como en sus mecánicas de acuerdo con las capacidades de la plataforma, algo que no se había logrado con anterioridad contando incluso con notables intentos de por medio. Pero Killzone Mercenary aprovecha muy bien el potencial de PS Vita, esta vez sí, para ponernos en la piel de Danner, un mercenario que debe cumplir con una serie de misiones para aumentar los ingresos de su cuenta corriente. Y de paso luchar contra los Helghast en su propio terreno.

Misiones independientes con un mismo núcleo

El título se enmarca entre lo sucedido en Killzone y Killzone 2, y como su propio nombre indica, nos pone en la piel de un mercenario de la ISA que debe atacar o rescatar objetivos prioritarios en territorio hostil como Vekta y principalmente Helghan. Aunque el guión y el hecho de tener un arco argumental propio resulta mucho más convincente que la realización de misiones sueltas sin prácticamente ninguna vinculación, el hilo conductor de la historia se desarrolla sin demasiados sobresaltos y de manera paralela a lo sucedido en Killzone 2. No obstante, Mercenary ofrece una perspectiva diferente de los hechos de la segunda parte, cuando la ISA decide invadir Helghan, el planeta nativo de los Helghast.

El juego ofrece una campaña que supera las ocho horas de duración sobre un mismo nudo argumental, de modo que no encontraremos misiones sueltas o sin relación directa con el conflicto. Aunque la duración de la campaña pueda parecer corta, hay que contar que prácticamente es una limitación del sistema. No obstante también podemos ampliar la duración del juego mediante misiones opcionales que ofrecen retos específicos basados en precisión, demolición o misiones encubiertas.

Las diferencias entre este Mercenary y sus compañeros de sobremesa surgen en la particularidad con la que se llevarán a cabo las misiones en la portátil: mediante una serie de contratos que se irán desbloqueando a medida que vayamos completando objetivos. Así visitaremos nuevos escenarios y localizaciones que suman puntos a la hora de enriquecer el universo de la serie. Además las misiones son muy cómodas de jugar en PSVita, ya que se dividen en secciones de una media hora, según el nivel de dificultad, y son altamente rejugables.

Otro de los cambios que ofrece Mercenary está ligado al arsenal, ya que no se pueden emplear las armas que han dejado los enemigos caídos, aunque podemos recoger su munición. Se ha añadido un sistema de pagos que premia al jugador por combos de muertes, sigilo, exploración o información recogida. Este dinero se emplea en comprar o mejorar nuestro arsenal en los puestos de distribución de material del traficante Blackjack, donde se pueden comprar armas cortas, rifles, ametralladoras, francos, armaduras con diferentes características o los sistemas VAN-Guard, otra de las novedades importantes que añade Mercenary. Se trata de unos dispositivos de combate especiales que se pueden emplear tanto en defensa como en ataque gracias a elementos como un escudo que se mueve con nosotros, drones, misiles guiados que se lanzan tocando al enemigo en pantalla, bombardeos o inhibidores de señal que tienen como objetivo impedir que los enemigos pidan refuerzos.

La rápida e incomparable esencia de los combates de la serie se mantiene inalterable dentro de los márgenes que permite la plataforma y se amplían con las nuevas ejecuciones, de modo que ningún seguidor de la franquicia quedará decepcionado con las batallas y enfrentamientos.

No obstante, las características de PSVita también han producido algunas variaciones en el control, que por otro lado, se comporta de manera extraordinaria. Además de las ejecuciones cuerpo a cuerpo que se realizan tocando la pantalla en la dirección indicada, la pantalla táctil se emplea para seleccionar el arma secundaria, las granadas, marcar objetivos, hackear sistemas con un minijuego frenético, o bien activar minas o correr tocando el panel táctil trasero.

Todo un multijugador en la palma de la mano

Pero la serie Killzone, y Mercenary no iba a ser menos, no se centra únicamente en una sólida campaña principal donde conocer más aspectos sobre el negocio de los mercenarios, ya que también viene acompañada de una vertiente online para hasta ocho jugadores que aumenta las horas de diversión una vez finiquitado el guión. Además de la incorporación de los Van-Guard y el resto de novedades, aportan variaciones interesantes a tres modos competitivos ya conocidos, como Guerra de Mercenarios, Guerra de guerrillas y Zona de Guerra, las dos primeras con enfrentamientos directos y la tercera, la más interesante de la marca, sobre diferentes objetivos que varían en el transcurso de la partida.

Por otro lado, el papel que desempeñe el jugador en cada partida también variará los recursos que dispongamos, ya que Mercenary clasifica al jugador entre una baraja de cartas de póker, y le asigna un valor según sus méritos. De acuerdo con este sistema, el dinero recibido por el jugador varía según la carta del enemigo eliminado, por ejemplo, un seis de diamantes recibirá más dinero por matar a un diez de diamantes que por liquidar un valor inferior al suyo. El dinero recibido por nuestros méritos también se vincula del modo historia al modo multijugador –y viceversa– para desbloquear todo tipo de contenidos, como trajes, mejores armas, equipo, etcétera. Cualquier bala eficazmente gastada en Mercenary nos dará derecho a nuestra retribución como mercenarios.

Nuevo estándar gráfico de PSVita

Killzone Mercenary es una auténtica fiesta visual en la pantalla de PSVita. Los desarrolladores han repetido durante todo el desarrollo que se ha trabajado con una versión modificada del motor empleado en el Killzone de PlayStation 3, y estas afirmaciones toman algo más de cuerpo con el juego en movimiento. Es cierto que no alcanza el nivel de la doméstica, pero en general se acerca tanto que en ocasiones puede llegar a confundir. Por encima del impacto visual, destaca una constante tasa de imágenes por segundo en un motor que no parece dejarse intimidar con la combinación de fluidez, texturas, modelados o decorados a un nivel nunca visto en una consola portátil. Pero lo mismo sucede con los efectos, especialmente los nítidos contrastes de luz y la iluminación en general, el humo o incluso los impactos de bala.

En la misma línea técnica, tanto la banda sonora que nos acompaña durante los encargos, que continúa con el mismo tono de la serie, como los efectos de audio, elevan un poco más la calidad final de la experiencia. Para poner la guinda al pastel, el juego llega a nuestro mercado perfectamente traducido y doblado en castellano por sólidas y reconocibles voces dentro de la industria.

Conclusiones

Killzone Mercenary viene a salvar o estrenar (según se mire) el catálogo de shooters en PlayStation Vita. Esta vez no solo se ha logrado cumplir con el objetivo de crear un título competente a la altura de la portátil, se han superado las expectativas con un juego sólido, bien planteado y bien asentado sobre la consola.

Además de una campaña sólida con misiones altamente rejugables, se añade un modo multijugador que sin innovar funciona muy bien, y un sistema de progresión que puede dar mucha vida a los modos competitivos en red que tanto necesita la portátil. En definitiva, y a pesar de no ser perfecto, Killzone Mercenary demuestra que se puede hacer un shooter sobresaliente con un multijugador sólido en una portátil. Aquí está la prueba.

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