Hace mes y medio, el humorista Antobio Fraguas, conocido como Forges, publicó una viñeta en El País a cuenta de la publicación de Destiny, la creación más ambiciosa de Bungie, el estudio creador de la saga Halo. Citaba una noticia en la que se consideraba al videojuego el "producto cultural" más caro de la historia, pues su creación ha llevado a una inversión de 380 millones de euros, que provocaba este diálogo:
– Ahora resulta que los videojuegos "matamuch" son productos culturales...
– Así nos va...
– No; así nos hacen ir.
Además, para echar más leña al fuego, el dibujante publicitó así en Twitter su propia viñeta, achancando a los estragos del alcohol la posibilidad de considerar cultura a un videojuego:
Los Videojuegos ¿productos culturales? (Estragos del patxarán, seguro).-http://t.co/UyUPhUhdl9 vía @el_pais
— Forges (@forges) septiembre 10, 2014
Numerosos aficionados y publicaciones especializadas, como Vandal, 3DJuegos o Vida Extra, empezaron entonces a criticar al viñetista, algo que Meristation, propiedad del Grupo Prisa, extrañamente se abstuvo de hacer. Este jueves, durante la presentación del Samsung Galaxy Note 4, Forges ha querido dar su versión y defender su polémica viñeta.
"Los videojuegos matamucho no son un producto cultural, como una película de Rambo no es un producto cultural", ha asegurado el dibujante, dando a entender que la consideración de cultura depende del género, y que ni una película ni un videojuego de acción pueden considerarse cultura. No obstante, también ha asegurado que no critica los videojuegos como tales y ha dicho estar "muy contento" de que sus hijos y nietos "hayan utilizado los videojuegos para formarse", según Portaltic.
En marzo de 2009, la Comisión de Cultura del Gobierno de España aprobó por unanimidad que el videojuego fuese considerado un producto cultural. Una decisión muy celebrada en el sector, porque abría la puerta a que ellos también recibieran subvenciones. Algo que finalmente se hizo realidad este año, cuando el Gobierno decidió repartir 38,5 millones de euros de los contribuyentes a empresas del ramo.