Juan Antonio, de Alcorcón, dice esta semana que ha "escuchado en alguna ocasión que don Juan se acercó a Hitler para conseguir ser rey de España. ¿Qué hay de cierto en esta afirmación?". Federico y César explican este episodio porque "nos han vendido la imagen de un don Juan heroico, luchador por las libertades" que no es cierta.
"Don Juan fundamentalmente quería ser Rey de España y en esa búsqueda la carta alemana fue una de tantas otras que jugó", ha indicado César Vidal. Además ha recordado que "a inicios de 1941 hay un enviado de don Juan que se entrevista con el ministro de Asuntos Exteriores del III Reich" con el objetivo de "que Hitler apoye la aspiración de don Juan con una hipótesis llamativa".
El argumento era que "Franco no tenía el poder seguro y que era muy posible que lo derribara una conjura militar de signo anglófilo". De esta manera "el III Recih tendría segura la alianza con España derribando a Franco y sustituyéndolo por don Juan".
Esta estrategia "fue acogida por los alemanes con un cierto escepticismo" y "se pusieron en contacto con Franco para decirle que tuviera cuidado porque este señor no solamente estaba apoyando que se le derribara sino que su madre, Victoria Eugenia, era ya abiertamente pro-nazi".
Franco mareó a don Juan
César Vidal ha relatado cómo Franco dio continuamente falsas esperanzas a don Juan. De esta forma, "el 30 de septiembre de 1941 Franco le escribe una misiva a don Juan diciéndole que la monarquía es el camino al que se va y que él es el único representante".
"Don Juan se lo cree y le manda una carta a Franco un tanto crecida en la que le dice que tenía que desarrollar una regencia orientada clara y públicamente hacia la monarquía", ha continuado Vidal.
Esta línea era apoyada por generales como Kindelán y Orgaz. Le dicen a Franco "en una reunión del Consejo Superior del Ejército el 15 diciembre del 41 que tiene que separar la jefatura del Estado de la del Gobierno", teniendo que ser el primero don Juan. Fueron más allá escribiendo al "mariscal Göring para decirle que el III Reich debe restaurar la monarquía porque garantizará la entrada de España en guerra".
El general Yagüe escribe a don Juan en 1942 para pedirle "acercarnos a los nuestros, y en concreto a Hitler". Entretanto, Franco vuelve a escribir al padre de don Juan Carlos el 12 de abril del 42 para insistir en que "en breve tendría la jefatura total para entroncar con una monarquía totalitaria", volviéndoselo a creer don Juan.
Sin embargo, Franco suspende los viajes del general Vigón a Alemania y el de Serrano Suñer a Italia para recabar apoyos para don Juan.
De Hitler a Churchill
Entretanto, don Juan no está quieto, "se dejaba querer por los británicos" hasta el punto de que "en abril de 1941 el alto mando británico había aprobado un plan de invasión de las Canarias con la idea era crear un gobierno libre español que tuviera como jefe del Estado a don Juan". Las continuas victorias alemanas hacen que los británicos olviden esta vía.
Federico ha resumido esta maniobra de don Juan afirmando que "pasó en menos de un año de ser el Rey de Hitler al ser el Rey de Churchill". Es entonces cuando don Juan "se pone en contacto con Muñoz Grande para ver si es posible una restauración con un golpe militar". El general contesta afirmativamente "si la monarquía lleva a cabo la revolución pendiente", de lo contrario, "si va a ser la monarquía del 31, el primero que la recibe a tiros soy yo".
Pero en ese momento se produce el desembarco aliado, "lo que lleva a don Juan a declararse neutral". Para Federico "don Juan pasa de ser el Rey de Hitler, al de Churchill a declararse neutral".
César Vidal ha continuado relatando cómo "en el año 1943 don Juan no deja de insistir a Franco". Las presiones a Franco le llegan incluso de sus generales, Orgaz, Dávila, Varela, Solchaga, Kindelán, Saliquet, Monasterio y Ponte, que "le hacen un envite tremendo en el que le dicen que debe dejar de ser jefe del Estado y llamar al Rey".
La respuesta de Franco a los generales "es que los empieza a mover como las cartas del solitario" y "se saca de la manga una ley de sucesión que por si cabe alguna duda el que elegía al sucesor era él".
El 19 de marzo del 45, con la guerra ganada por los aliados, "don Juan entrega en la embajada española en Berna el manifiesto de Lausana en el que se hace un llamamiento a la restauración de la monarquía y a acabar con el régimen de Franco, al que identifica con Hitler".
Sin embargo, viendo que no consigue sus objetivos, don Juan, "a través de su secretario diplomático Julio Danvila, acaba pergeñando la entrevista del Azor en el año 1948 para tratar de llevarse bien". Esta reunión "duró dos horas y no hay actas, lo único que ha quedado en limpio es que el príncipe Juan Carlos venía a estudiar en España y al ABC se le permitiría tener una línea pro-monárquica".