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Cazatesoros de palabras

El sociólogo Amando de Miguel sigue recuperando palabras olvidadas.

El sociólogo Amando de Miguel sigue recuperando palabras olvidadas.
Arqueología de palabras olvidadas

La operación de buscar pecios de palabras olvidadas está siendo un éxito de voluntarios. No sé si se han animado al ver el magnífico vídeo de mi biblioteca que ha realizado Nuria Richart. En efecto, una biblioteca no es más que un inagotable yacimiento de palabras. Es un capital gratuito que nos ha dado la cultura, es decir, nuestros padres.

Creía yo que la búsqueda de palabras perdidas era una manía mía, pero ya veo que la comparten muchas personas. Por fin han aparecido mujeres libertarias interesadas en la operación de sacar voces a la superficie del lenguaje hablado.

Mi paisana María Teresa Rodríguez ─barrunto que pariente─ recuerda la estupenda frase de salutación y despedida de nuestra tierra zamorana: "¡buena jera!". Recuerdo una vez en Budapest, cuando todavía era comunista. Hablando con una exiliada republicana, adiviné en seguida su patria chica cuando me enjaretó: "buena jera". La jera zamorana no es más que la labor que le espera a uno cada día. Originariamente correspondía a la porción de tierra que se podía arar con un par de bueyes. Representa un reconocimiento a la dedicación personal, al esfuerzo cotidiano. Hay localismos que enaltecen un idioma. Desde luego, "buena jera" es más expresivo que "hasta luego" o "chao". En mi mesa de trabajo hay una carpeta con el rótulo de “jera”, que es lo que me espera por escribir.

Juan Díaz López-Canti se propone recobrar dos versiones alternativas del ominoso "maricón" o del petulante "gay" (pronunciado "gey"). Son sarasa y manflorita, sin bien se refieren al aspecto afeminado de un hombre. Puestos a aceptar "gay", ¿no sería mejor decir gayo? Toda la vida de Dios se ha expresado así.

Luis Blázquez echa en falta el uso más suelto del verbo trasponer. No es muy corriente, pero se recurre a esa acción para indicar el cambio de orden en una secuencia. Es más cómoda la forma "traspuesto", aplicada al que cae en un sueño repentino.

Jesús García Arnau propone que recobremos birriaga. Se refiere a lo que sobra de un plato, de la comida, y que se puede guardar. Mi madre decía hurmiento para lo mismo. Son palabras de una sociedad austera, olvidadas en la época de bonanza económica. Pero quizá volvamos a una nueva escasez y sean otra vez necesarias. Las normas sanitarias nos han empujado a que la comida sobrante vaya inmediatamente a la basura. Estupenda estupidez estupefaciente.

Amando de Miguel: fontenebro@msn.com

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