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Condenado a dos años y medio de cárcel el exdirectivo de SGAE que usó la tarjeta corporativa en prostíbulos

Argumentó ante el juez que en estos locales se reproducía música y podría realizar labores profesionales para preservar los derechos de autor.

Argumentó ante el juez que en estos locales se reproducía música y podría realizar labores profesionales para preservar los derechos de autor.
Sede de la SGAE. | Archivo

Pedro Farré, exdirectivo de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), ha sido condenado a dos años y medio de prisión acusado de gastar 39.552 euros de la entidad en locales de alterne y prostitutas de lujo entre noviembre de 2008 y mayo de 2009 mediante el uso de una tarjeta corporativa.

El juez Central de lo Penal de la Audiencia Nacional José María Vázquez Honrubia, no ha dado crédito a la versión ofrecida por el fuera responsable de Relaciones Corporativas de la sociedad que aseguró, en el juicio celebrado en su contra, que "jamás" utilizó la visa para su "propio beneficio" y sólo la usó "para atender entornos estratégicos" entre otros actos de representación.

Farré señaló en la vista oral que su trabajo consistía en "acercar puentes" entre el organismo y los "entornos" que la entidad consideraba "estratégicos", en decir, socios vip o los "grandes clientes" que más recaudaban para la empresa. "Una de las labores es desayunar, comer y cenar con personas con las que (SGAE) tiene que acercar posturas o negociar", indicó, e insistió en que usó esa tarjeta corporativa para "el agasajo corporativo de terceros" y de aquellas personas con las que la organización tenía que relacionarse.

El juez, que ha condenado al exdirectivo por la comisión de delitos de apropiación indebida y falsedad documental, ha impuesto, además, un año de prisión a otro alto cargo de la SGAE, el exdirector financiero Ricardo Azcoaga, que incumplió su deber de denunciar las prácticas de su compañero.

Justificaciones "al borde del esperpento"

El juez reproduce íntegramente el testimonio de uno de los dueños de los establecimientos, en este caso, el local Private. "Pedro Farré frecuentaba su local, tomaba e invitaba a copas a todas las chicas. Siempre que acudía cogía un camerino (reservado habilitado y utilizado para realizar prácticas sexuales), entraba a las cinco de la tarde con chicas y salía a las seis de la mañana del día siguiente, consumiento copas, champán y cambiando de chicas con frecuencia", refleja la resolución.

El juez no da credibilidad alguna a sus argumentos de defensa y llega a indicar que "bordea el puro esperpento" que Farré asegure que organizaba seminarios, foros y presentaciones universitarias en locales de este tipo. "Pedro acudía a los locales por la tarde, quedándose en los mismos hasta altas horas de la madrugada, siendo puramente disparatado que se llegue a argumentar que como en estos locales se reproducía música podría realizar labores profesionales tendentes a preservar los derechos de autor", dice.

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