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Amando de Miguel

El carácter español a través de los modismos

No creo que exista un verdadero carácter nacional de los españoles a lo largo de los siglos, tanto han cambiado las circunstancias y hasta las esencias.

No creo que exista un verdadero carácter nacional de los españoles a lo largo de los siglos, tanto han cambiado las circunstancias y hasta las esencias. Me satisface la crítica de Caro Baroja sobre el particular. Pero sí se pueden rastrear algunas constantes culturales, como el realismo sanchopancesco, una mezcla de contumacia y voluntarismo. Equivale a la típica reacción de un pueblo que ha soportado tantos palos a lo largo de los siglos. Selecciono algunas frases proverbiales en apoyo de la tesis dicha.

– "Ya vendrá el tío Paco con la rebaja". Poco importa saber quién fuera el famoso tío Paco. El meollo del asunto reside en que "la vida es sueño", o más bien ensoñaciones vanas, que la realidad se encarga de rebajarlas. Una cura de pragmatismo siempre viene bien para no pasarnos de quijotes. Representa una mentalidad pesimista, tan popular.

– "Salga el Sol por Antequera". Así decían los soldados castellanos que aguantaron el largo asedio de Granada, concluido en 1492. Debe anotarse que para ellos el Sol se ponía, lógicamente, por Antequera, al Oeste. El dicho quería significar que nada iba a torcer su terquedad en conquistar Granada, saliera el Sol por donde quisiera. Es una buena divisa para "ponerse el mundo por montera" (otro modismo) y empeñarse en cumplir un objetivo a toda costa.

– "De menos nos hizo Dios" (que nos hizo de la nada). Es decir, somos poca cosa, pero lograremos mucho si nos esforzamos. Se trata de una buena conseja para momentos difíciles. Se parte de un sincero voluntarismo, que nos hace confiar en los recursos de la naturaleza humana o de la Providencia. También se dijo "A Dios rogando y con el mazo dando". Aunque debe destacarse que el voluntarismo suele partir, paradójicamente, de una actitud pesimista.

– "¡Ojo al Cristo, que es de plata!". Seguramente era la advertencia para que a los cofrades no les robaran la imagen que portaban. Nos indica que debemos cuidar las cosas valiosas o que desconfiemos de los que son ajenos a nuestro círculo íntimo.

– "Allá van leyes do quieren reyes". Hermosa y antigua traducción del realismo político. Contradice el principio de la separación de poderes, que tan malamente se ha aplicado siempre en España. Son los gobernantes quienes interpretan las leyes según su personal conveniencia, ahora diríamos la de su partido. Representa la traducción popular de un principio maquiavélico.

– "Poderoso caballero es don Dinero". La frase, el famoso estribillo de un poema de Quevedo, la conocen todos los escolares; por lo menos los de antes. Va en contra del estereotipo del espiritualismo español. Frente a la pretensión de hidalguía, la sociedad antepone el interés crematístico a cualquier otra consideración. Bueno será tenerlo en cuenta.

Irse "por los cerros de Úbeda". Bien hermosos son los cerros que rodean la ciudad de Úbeda, con los tonos plateados de las filas interminables de olivos. Pero el dicho se refiere a perderse intencionalmente para no dar la cara. Sucedió efectivamente en tiempos de Fernando III. La empresa era la conquista de Andalucía occidental. El Rey esperó en vano el apoyo de las tropas de un noble castellano, quien adujo haberse perdido por los cerros de Úbeda para no acudir a tiempo en apoyo de su señor. La disculpa parecía ridícula, por lo mismo que hoy siguen perdiéndose muchos españoles a la hora de presentarse para una obligación. Lo más sencillo es que los actuales cerros de Úbeda sean divagaciones, pretextos, razonamientos poco creíbles.

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