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José Luis Armenteros, uno de los grandes del pop español

José Luis Armenteros destacaba no sólo por su dominio de la guitarra sino también por su inspiración como compositor.

A menudo sucede que el gran público ignora quién o quiénes son los autores de canciones de éxito. Salvo en el caso de que interpreten ellos mismos sus creaciones. Y así, ahora que se nos ha ido José Luis Armenteros, tal vez muchos lo reconocerán como un formidable letrista y músico de inolvidables composiciones. Era madrileño, nacido en 1943 (en algún lugar figura erróneamente con diez años menos) y su afición musical lo llevó muy jovencito a formar parte de Los Morgans.

Le atraía mucho el folk. Actuando un día en el teatro del madrileño Parque Móvil conoció a Pablo Herrero, que procedía de Los Tigres. Aquel, tocaba la guitarra, y éste, el órgano. Andando el tiempo ambos serían uña y carne y firmarían juntos muchos temas con sus respectivos nombres, hasta que optaron por unirlos con el sobrenombre de José Luis de Pablo. En aquellos tiempos en los que iba fraguándose el inicio del pop español (denominación que tardaría años en utilizarse, cuando se empleaba el término simple de música moderna), dieron en formar el grupo Dick y Los Relámpagos, y ensayaban en una vieja tienda de ultramarinos, que estaba desalquilada, en la calle de Méndez Álvaro.

El solista, Dick, era un batería llamado Ricardo López Fúster. Lo de Relámpagos les vino por su admiración hacia la banda Johnny and The Hurricanes. Actuaban a menudo en un programa de Radio Intercontinental, Ruede la bola. Un día aparecieron por el Club Castelló, donde se encontraron a un rockero granadino que se anunciaba, muy a su pesar, como Mike Ríos. El futuro Miguel Ríos, evidentemente. Y lo incorporaron al grupo, donde estuvo varias temporadas. Ya eran por aquellos primeros años 60 Mike Ríos y Los Relámpagos. En esa época interpretaban números con la voz de su solista, pero la mayor parte, la más brillante etapa de Los Relámpagos, desde 1962 hasta 1968, fue con su música instrumental. En ese estilo, puede decirse que en España no tuvieron competencia, en tanto en el extranjero triunfaban Los Shadows, a los que admiraban. Hay que subrayar que los primeros instrumentos que utilizaban aquellos pioneros del pop español eran de muy pobre calidad, que ellos suplían con su entusiasmo y mejor voluntad.

José Luis Armenteros destacaba no sólo por su dominio de la guitarra sino también por su inspiración como compositor. Entre los éxitos más notables de su carrera con Los Relámpagos figura la adaptación que hicieron de "Nit de llampecs" en catalán (Noche de Relámpagos), a ritmo de sardana. Fueron innovadores, al introducir las primeras guitarras eléctricas en la música juvenil. Actuaron incluso por diversas capitales europeas. En Alemania lo hicieron en el célebre "Star Club" de Hamburgo. Pablo y José Luis, alma indiscutiblemente de Los Relámpagos, abandonaron en 1968 el grupo (que seguiría con otros componentes) y cada uno se dedicó a trabajar como directores musicales de dos importantes casas discográficas; en el caso de Armenteros, la multinacional Philips. No obstante, los dos músicos citados no se desvincularon del todo de Los Relámpagos, con quienes volverían a actuar, por ejemplo en 1982 con un álbum, "Fútbol en acción", con motivo del Campeonato Mundial celebrado en España. Y luego en 1986 se reunieron los veteranos fundadores del quinteto para realizar una gira nostálgica por todo el país. Y en 1996 Pablo y José Luis ya se despidieron formalmente en una última actuación en el Puerto de Sagunto.

En la vida artística de José Luis Armenteros, que en tantas ocasiones seguiría unido con Pablo Herrero como compositor de populares baladas pop, hay páginas destacadas. Empezó por producir los primeros discos de Los Grimm, Smash, Los Puntos, por ejemplo. De su época en Fonogram, su trabajo fue fundamental en el lanzamiento de Fórmula V. Escribía canciones, les hacía arreglos. Entre los títulos que firmó con Pablo Herrero, figuran éstos: "Cuéntame", "La fiesta de Blas", "Tengo tu amor", "Eva María"… No podemos olvidar lo mucho que este "tándem" hizo en la carrera de Nino Bravo, quien tardaría en popularizar su gran voz, a través de las hermosas creaciones que le escribieron Armenteros y Herrero: "Un beso y una flor", "América, América", "Libre"… Lo mismo sucedería en el lanzamiento de Francisco, para el que escribieron "Latino", "Me equivoqué otra vez", "A cara o cruz", "Tu cadena", "La chica del póster"… Lo mismo que otro intérprete de grandes condiciones vocales, el también valenciano Juan Bau les estrenó "La estrella de David". A esos nombres hay que agregar los de Rocío Jurado ("Como una ola") y Jarcha ("Libertad sin ira"), esta última composición elegida por Diario 16 para su promoción, recién aparecido en el mercado periodístico, que hizo fortuna en aquellos albores de la Transición.

José Luis Armenteros disponía de un estudio de grabación en su propia residencia. Era un músico vocacional y una persona estupenda, de carácter afable. Con su muerte, aunque a veces la expresión suene a tópico, desaparece uno de los más grandes y populares creadores del pop español.

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