Dripping: de drip, gotear. Consiste en dejar que gotee un bote agujereado sobre una tela extendida o salpicar con las manos, pinceles u otro instrumento la misma, creando sensaciones de energía, movimiento o caos. El dripping, precursor del action painting - para otros, una vertiente de esta- es uno de los legados más importantes que nos dejó Pollock y Mural, su principal criatura. Se trata de un lienzo de seis metros de ancho por casi dos metros y medio de altura, clave en la historia del arte. Deja atrás el simbolismo para adentrarse en un nuevo movimiento, el expresionismo abstracto, la que sería una de las tendencias artísticas más influyentes del siglo XX.
La exposición "Mural. Jackson Pollock. La energía hecha visible", que inaugura el Museo Picasso Málaga este miércoles, permite ver esta obra por primera vez en España. Fue un encargo de 1943 de la extravagante mecenas Peggy Guggenheim, tercera esposa del pintor surrealista Marx Ernst. Gran seguidora de las vanguardias europeas de comienzos de siglo XX, sobre todo de artistas cubistas y futuristas, pidió a Pollock una tela con la que decorar la entrada de su residencia de Manhattan. "Parece ser que Pollock pasa un tiempo angustiado por este encargo, tanto por sus dimensiones como por el lugar que iba a ocupar. Por esa residencia pasaban todos los que tenían algo que decir en el mundo del arte", nos explica José Lebrero, director artístico del Museo Picasso Málaga.
Hay historiadores que aseguran que Mural se hizo en una sola noche, aunque Lebrero aclara este extremo: "Es posible que Pollock supiera en una noche lo que iba a hacer, pero tras un estudio, se ha demostrado técnicamente que tardó mas tiempo en hacerlo. Es un cuadro envuelto en leyenda y literatura, que le da un valor adicional al que tiene como obra icónica del expresionismo abstracto norteamericano".
En Mural, Pollock sintetizó múltiples influencias personales y artísticas. Fue el resultado de "un encuentro" crucial en su vida. "En 1939, el Guernica de Pablo Picasso se muestra en Nueva York en una gran retrospectiva que realizó el Moma. Pollock, un joven nacido en Wyoming y recién llegado a la nueva capital del arte, se enfrenta a este gran gigante europeo. Esa exposición fue clave, fue una llave hacia la libertad para hacer el arte como él lo consideraba. Fruto de este encuentro nació Mural", desarrolla Lebrero. "Facilitó a otros artistas el atreverse a entender el arte, no como se lo habían trasmitido los grandes artistas europeos, sino que les invitó a construir y a imaginar una nueva visión creativa, el expresionismo norteamericano", añade. Hay bastantes teorías sobre su significado: "Una explosión de energía, fuerza y vibraciones", resume Lebrero.
Picasso, entre el amor y el odio
Picasso fue su gran inspiración y su gran pesadilla. "Pollock sintió una gran admiración y respeto por Picasso, pero debido a su carácter colérico expresó cómo le fastidiaba que este 'lo hubiera hecho ya todo'. Es un combate intergeneracional, cultural e inevitable. La historia de la cultura se desarrolla dejando atrás grandes logros para ofrecer nuevas visiones del mundo, como hizo Pollock y su generación".
Mural ha sufrido un proceso de restauración de más de dos años por el Getty Conservation Institute de Los Angeles. Ahora forma parte de "Mural. Jackson Pollock. La energía hecha visible", comisariada por David Anfam, Senior Consulting Curator del Clyfford Still Museum de Denver (Estados Unidos). Tras Málaga, partirá hacia Reino Unido para integrarse en la muestra Abstract Expressionism de la Royal Academy of Arts de Londres.
Alrededor de Mural, se mostrarán obras de Adolph Gottlieb, Lee Krasner, Roberto Matta, Robert Motherwell, David Reed, Charles Seliger o Frederick Sommer, entre otros artistas. "Hay una panorámica de Antonio Saura, gran pintor español de los años 50 y 60, vinculada de un modo indirecto a Jackson Pollock; u otra de un artista más joven, Juan Uslé, santanderino. Son obras muy importantes, en su mayoría de gran formato, que ayudan a comprender que aquel gesto, aquella ruptura o nueva manera de hacer que inauguró Pollock en los años 40, ha tenido una secuela en artistas de generaciones posteriores como son Andy Warhol o David Smith", destaca el director artístico de esta pinacoteca.
Paul Jackson Pollock (28 de enero de 1912) se liberó de los caballetes y entonces, comenzó a ser el mito que hoy es:
En el suelo es donde me siento más cómodo, más cercano a la pintura, y con mayor capacidad para participar en ella, ya que puedo caminar alrededor de la tela, trabajar desde cualquiera de sus cuatro lados e introducirme literalmente dentro del cuadro. Se trata de un método similar al de los pintores de arena de los pueblos indios del oeste. Por eso, intento mantenerme al margen de los instrumentos tradicionales, como el caballete, la paleta y los pinceles. Prefiero los palos, las espátulas y la pintura fluida que gotea y se escurre, e incluso un empaste espeso a base de arena, vidrio molido u otras materias.
El 11 de agosto de 1956, Pollock falleció en un accidente. Conducía ebrio. Edith Metzger, una de los pasajeros, también murió, mientras que Ruth Kligman, artista y amante de Pollock, sobrevivió al siniestro.