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Juan Manuel González

'Héroes'. Verano azul: el regreso

Póster Héroes

Héroes es una cinta meritoria dentro del cine español, e inesperada por partida doble. Por un lado, por ser un sincero, directo y nostálgico homenaje a los ochenta y a la infancia, así como a títulos familiares míticos de aquella época como fueron Cuenta conmigo o las películas de Spielberg y Zemeckis. Y por otro, porque la historia de una pandilla de cinco niños y su último verano juntos, rememorada por dos de ellos en su vida adulta, se guarda un par de inesperadas sorpresas durante su desarrollo.

La cinta de Pau Freixas, aún así, no se libra de ciertos defectos, como ese déficit de sentido del humor en beneficio de lo edulcorado, o los convencionalismos de una historia que en ocasiones se estanca un punto. Pero de todo ello, y de ese arriesgadísimo giro final que no podemos revelar, salen airosos el director Pau Freixas y el guionista Albert Espinosa.

De esa manera, Héroes no cae en ningún momento en las garras del dramedy a lo Médico de Familia y mucho menos del mero homenaje pop, sino que sitúa su elegante referencialidad e innegable encanto en una órbita exclusivamente cinematográfica, gracias a la notable calidad de un guión repleto de sinceridad.

La puesta en escena es efectiva, la fotografía sencilla y colorista, y los personajes exudan encanto gracias a un casting infantil que está genial (al igual que el adulto, en especial Lluis Homar). En definitiva, nos creemos la ambientación y la preciosista apuesta de reanimar un cine en el que primaba una energía asombrosa, el de la cinematografía Spielberg de los ochenta, de la que se queda con lo mejor, no con ciertos artificios industriales, gracias a un aliento ciertamente realista. Freixas lleva la melancolía hasta el límite, busca la lágrima con descaro, pero lo hace haciéndonos partícipes del viaje, sin dejar que se convierta en la única materia prima de la historia. Una gran sorpresa que merece una oportunidad, y dos si hace falta.

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