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Juan Manuel González

Mel Gibson rompe su silencio

Mel Gibson ha roto su silencio. El actor se ha sincerado por primera vez a la prensa para contar cómo ha vivido el calvario judicial con su ex esposa Oksana Grigorieva, con quien tuvo una hija por cuya custodia aún está luchando.

La periodista de la web Deadline, la más prestigiosa en cuanto a información de espectáculos en Hollywood -y para nada una web rosa-, encontró a Gibson, que no puso trabas ni condiciones previas a ninguna pregunta, con su habitual actitud "divertida, pero también melancólico, ocasionalmente descarado y a menudo avergonzado".

En verano de 2010 la prensa publicó una conversación telefónica muy violenta y comprometida entre Gibson y Grigorieva, unas cintas que destrozaron su ya maltrecha imagen pública y cuya filtración el actor califica de "traición personal". Gibson perdía con ellas su característica imagen jovial y bromista, forjada con décadas de carrera cinematográfica, y que hasta ese momento había compatibilizado abiertamente con su faceta más cristiana y tradicional.

Gibson, de 55 años, se separó de Oksana Grigorieva en abril de 2010 después de unos meses de matrimonio. Unas semanas después la mujer –de 41 años- denunció a Gibson por agresión, a lo que siguió la publicación de las cintas. Gibson, que ya había tenido sus más y sus menos con la Justicia y la opinión pública por su afición a las declaraciones antisemitas y la bebida, vio entonces cómo todos sus proyectos eran puestos en la picota por la industria.

Su colaboración en Resacón en las Vegas II fue cancelada debido a la petición del reparto al completo de la película, que se negó a trabajar con Gibson en un alarde de hipocresía -según lo califica la propia periodista -. Y el estreno de El castor, filme que protagoniza junto a Jodie Foster –también directora del mismo-, fue retrasado hasta esta temporada primaveral, con nulas expectativas comerciales, pese a que está recibiendo críticas excelentes –su tráiler, por cierto, pinta fenomenal-.

"Estoy arrepentido de lo que dije en las cintas pero ha sido un traición personal, muy humillante para mí y muy dolorosa para mi familia", confesó al respecto de las famosas grabaciones -en las que se oye claramente cómo el actor insulta y amenaza a Grigorieva- y de las que subraya que fueron "editadas".

De las mismas Gibson asegura que no puede hablar más "por el bien de mi hija y el resto de mis hijos. Hay todo tipo de cosas legales pendientes" todavía. Gibson fue procesado por golpear a Grigorieva, y mantiene su inocencia al respecto pese al acuerdo extrajudicial de ambas partes. Sin embargo, la estrella de Arma Letal también señala que "nadie ha puesto contexto a las cintas, vivimos una acalorada discusión".

Gibson, preguntado sobre su estado cuando sucedió la crisis con su segunda esposa, considera que su estado de ánimo no era el mejor debido a su separación y su divorcio. Pero "no es asunto de nadie", zanja. Lo que lamenta es el daño que haya podido causar a sus hijos, a los que siempre ha mantenido lejos de la opinión pública.

"No me importa si no vuelvo a actuar", dice también el actor, que se muestra entusiasmado por un guión escrito por Randall Wallace –responsable del libreto de Braveheart, filme que reportó a Gibson un Óscar al mejor director- y del que la estrella podría hacerse cargo en su faceta de director. Gibson se ha distinguido por una carrera como director de lo más interesante, repleta de filmes polémicos –y brillantes e inteligentes- como La Pasión de Cristo y Apocalypto.

El intérprete, que saltó también a los tabloides por unas diatribas antisemitas que se intensificaron debido a sus problemas con el alcohol, se ha defendido asegurando que nunca trató mal o de forma discriminatoria a alguien por su género, raza, religión o sexualidad, "punto". "Es un terrible y horrible momento, lo dicho a una persona un día no representa lo que creo realmente o cómo he tratado a la gente toda mi vida", subrayó.

Cierto o no, lo cierto es que Gibson se quedó solo en el mundo del espectáculo durante meses. Aunque asegura que no se ha molestado, lo cierto es que el actor parece haber tomado muy buena nota de quiénes se portaron como amigos –como la propia Jodie Foster o la actriz Whoopi Goldberg, que le defendieron en público-, y quienes no. "Por qué alguien tendría que hablar públicamente y arrastrase a sí mismos por todo? –dice- Sería como añadir leña al fuego".

En la actualidad,Mel Gibson se encuentra en libertad condicional y tiene que acudir a un curso de orientación psicológica para controlar su ira. Pero ha conseguido eludir la cárcel.

Dejando de lado consideraciones personales, creo que la figura de Gibson ha sido, como tantas otras, menospreciada injustamente -en lo artístico, lo demás está en los juzgados-. Es imposible disculparle su afición a la botella, sus estúpidos prejuicios y su comportamiento violento (a saber lo que ocurrió realmente durante su matrimonio con una mujer con nefastas ambiciones mediáticas como Grigorieva). Pero su carrera habla por sí sola, para todos aquellos que la quieran apreciar.

A lo que voy es que el actor y director, que perdió el control de lo que hace ya mucho tiempo parecían meras extravagancias, tiene en su haber películas de lo más interesantes en ambas facetas. Y no se merece que su carrera tenga que acabarse en semejante trampa mediática, en un panorama de estrellas mediocres e inexpresivas. ¿Ustedes qué piensan?

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