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Ah, el verano. Época de amores que se disuelven en el espeso calor del mediodía... y también en la que los grandes estudios presentan sus grandes apuestas cinematográficas. O al menos, sus juguetes más caros y espectaculares, destinados a amasar cuanto más dinero mejor y a atraer a las salas a todo el público sea posible (aunque la media de edad de ese público sería mejor dejarla para otro artículo). Una práctica que se remite a 1975, cuando con el estreno de Tiburón, considerado el primer blockbuster de la historia, la factoría de los sueños comprobó que el estío es una época ideal para estrenar largometrajes de relumbrón como los que les enumeramos a continuación (con enlaces a comentarios de un servidor incluidos).

Guerra Mundial Z (2 de agosto)

Para quien escribe, una de las decepciones del verano, por mucho que vaya a arrasar en la taquilla. Marc Forster narra una pandemia zombi nada terrorífica en un híbrido de la estupenda Contagio (aunque recuerden también la estupenda Estallido) con cualquier título de cine de catásfrofes, al menos en su vertiente más o menos realista. Algo de parábola política, mucha acción y un Brad Pitt que demuestra ser capaz de asumir en solitario todo el protagonismo (tampoco lo dudaba nadie) pese a lo poco exprimido de su personaje. Guerra Mundial Z da la impresión de ser una película que pese a su extraordinario ritmo y a pesar de sus promesas (la fotografía, sin ir más lejos, es de Robert Richardson), da la impresión de componerse de cuatro secuencias muy alargadas y dejarse demasiadas cosas en el tintero.

El Llanero Solitario (21 de agosto)

El director Gore Verbinski, el actor Johnny Depp y el productor Jerry Bruckheimer, todos ellos el equipo creador de la saga Piratas del Caribe, reinciden en la aventura familiar en una costosa producción Disney (alrededor de 200 millones de dólares de presupuesto) que, sin embargo, se ha convertido en el batacazo comercial de la temporada. Un error de cálculo que -junto a la muy superior Pacific Rim- debería animar a los estudios a valorar el empezar a reducir presupuestos y, probablemente, espaciar mas sus lanzamientos en esta temporada, para evitar la temida saturación (y apuntar a cierto público que quizá esté empezando a abandonar las salas).

Star Trek. En la Oscuridad (ya en cartel)

Se sabía de antemano, por los resultados de la anterior y excelente entrega, que la secuela de las aventuras de la tripulación del Enterprise no iba a barrer precisamente en nuestro país. En España no hay fans de la ciencia ficción, o al menos no suficientes trekkies, por lo que la excelente actualización de La Ira de Khan que ha preparado J.J. Abrams ha pasado más bien desapercibida. Francamente, allá nosotros: Star Trek: En la Oscuridad es la gran película de aventuras de la temporada, un híbrido de En busca del Arca Perdida con ciertos matices de El Caballero Oscuro (ese villano interpretado por Benedict Cumberbatch...) que confirma a Abrams con un mago del entretenimiento, y la película que deberían rebuscar en la cartelera de verano allá donde aún se proyecte.

El Hombre de Acero (ya en cartel)

La polemica película de Zack Snyder y Christopher Nolan sigue en los cines después de un mes y a pesar de los pesares. Polémica incluso a la hora de anunciar su secuela, que ya sabemos que enfrentará al kryptoniano con nada menos que un nuevo y remozado Batman. Lo cierto es que la película perpetrada por el dúo, vapuleada a más no poder, guarda no pocos elementos de interés, por mucho que éstos estén un tanto alejados de la concepción de una aventura de superhéroes al uso (pero ojo, no necesariamente del cómic). El Hombre de Acero parece, de hecho, el reverso -no exactamente tenebroso- de todo aquello que fue el primer Superman, la obra maestra de Richard Donner y todavía hoy el canon del género. Premeditadamente abstraída, indudablemente espectacular, el nuevo Superman (un excelente Henry Cavill) propone nuevas vías y preguntas para el género, aunque en el fondo se siga echando de menos cierto romanticismo clásico.

Gru 2. Mi villano favorito (ya en cartel)

La segunda de las aventuras de Gru y sus pupetes, los minions, se ha convertido en el gran éxito del verano, aunque muchas de las alabanzas que se le han dedicado me siguen resultando incomprensibles. Será porque el cine parece ahora mismo dominado por espectáculos familiares, será por su ligereza y colorido indudables. El caso es que la historia, un tanto deslabazada y sin foco, al menos se aleja de la parodia del cine de aventuras y del sentimentalismo familiar para acercarse de manera sorprendente a lo que nos podría ofrecer una comedia de amoríos por episodios. Y no vean como se agradece eso. Sea como fuere, el triunfo ha sido indudable: la película es ya el filme que más beneficios ha reportado a Universal en los últimos cien años de historia.

Aviones (14 de agosto) y Monstruos University (aún en cartel)

En su origen, los planes para el spin-off de Cars con aviones eran estrenar la película en formato doméstico en Estados Unidos, y quizá reservarle un puesto en las salas de cine en Europa. Finalmente, el proyecto se ganó un estreno mundial veraniego y saldrá a la luz por primera vez el 9 de agosto en su país de origen. El estudio, por cierto, no es Pixar, sino Disney Toon, la división doméstica de la casa del ratón.

¿Y qué decir de la precuela de Monstruos? Lo cierto es que los resultados económicos han acompañado a Pixar, pese a la desconfianza general hacia esta nueva entrega de dos de los personajes más queridos de la compañía. Lo cierto es que la película no ofrece novedades pero al menos no resulta tan débil argumentalmente como la, por otro lado, más exuberante Cars 2. El estudio, afortunadamente, ha prometido que tras el estreno de Buscando a Dory, volverá a su política habitual de no hacer secuelas.

Ahora me ves (ya en cartel)

Uno de los éxitos sorpresa de la cartelera española, la película del francés Louis Leterrier resulta tan inverosímil como simpática. Animada por un reparto espectacular y un ritmo constante, es imposible creer absolutamente nada de lo que nos cuenta este híbrido de Harry Potter y Ocean's Eleven. Pero el carisma de Mark Ruffalo (un ejemplo cómo hacer de tonto y tomarnos el pelo), así como su apuesta voluntaria por la ilusión vacía, la convierten en el perfecto refresco de verano apto para todos los públicos. Ahora me ves es también sintomática del cine de nuestros días, lo que tampoco tiene por qué resultar enteramente negativo: un cine que aparta la intriga y se entrega a un mano a mano con los géneros tradicionales, forzándolos hasta el límite y sin dejar espacio para la distensión. Pero cuando se hace con espíritu, al menos hay que reconocerlo.

Expediente Warren

Para quien esto escribe, sin duda uno de los filmes del verano, y la confirmación de que James Wan es un director con mayúsculas, por mucho que el género del terror carezca todavía del reconocimiento merecido. Expediente Warren no cuenta casi nada original, y de hecho es un remix de los últimos hallazgos en el género del terror y aquellos logrados en la década de los setenta y ochenta. Pero su elegancia, habilidad, sentimiento y pura ejecución la convierten en una de las mejores y más frescas experiencias para el público. La taquilla ha hablado a su favor: 104 millones en la taquilla mundial sobre un presupuesto de apenas 20. Wan, por cierto, presentará en octubre la secuela de Insidious, en lo que es sin duda una de las mejores noticias del año.


Los Pitufos 2

Eh... en fin. Lo cierto es que la cinta llega con unas enormes expectativas de cara al mercado internacional, no tanto el norteamericano. Lo que me lleva a una nueva cuestión: Hollywood acabará haciendo películas para el mercado chino y el internacional en general, que ayuda a tapar los fracasos en su propio territorio (caso este año de El Llanero Solitario y la estupenda Pacific Rim). Tiempo al tiempo.

Lobezno Inmortal

A estas alturas existe cierta saturación de cintas de superhéroes, eso es evidente. Pero también lo es que Hollywood parece tenerles el pulso cogido. Y es que, a eso voy, Lobezno Inmortal es una cinta funcional que cumple con su cometido. Su director James Mangold dirigió Copland, y sus guionistas, entre los que se encuentra Scott Frank, son autores de Minority Report o Un romance muy peligroso, por lo que todos ellos optan por darle al asunto un cierto sabor de intriga que, pese a su falta de genio, se agradece.


Pacific Rim

Guillermo del Toro asume su producción más ambiciosa en Hollywood en un juguete de efectos visuales carísimo... e inesperadamente brillante. Su odisea de monstruos contra robots es, al igual que Star Trek, la película de verano soñada por la chavalería, pero que tristemente va a ser rechazada por cierto sector del público por parecer demasiado freak. El mexicano consigue inyectar sentimiento y ese aire de cuento de hadas habitual en su filmografía a un argumento que mezcla mil temas del género de la ciencia ficción con las necesidades del gran blockbuster de verano, y preñarlo además de homenajes al género kaiju japonés. Háganme caso: una maravilla para todo aquel que la quiera.

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