Menú
La maestra de 'Bienvenido Mr Marshall'

Muere la actriz Elvira Quintillá

Quintillá fue también cantante y ganó el Festival de Benidorm en 1960.

Quintillá fue también cantante y ganó el Festival de Benidorm en 1960.
Elvira Quintillá | EFE

Apenas dos semanas después del fallecimiento de Lolita Sevilla acaba de morir Elvira Quintillá, la maestra de Bienvenido, míster Marshall, en cuyo rodaje coincidieron. El papel de esta última fue considerablemente recortado por culpa de la inmisericorde censura de la época, primeros años 50 del pasado siglo. Fue una gran actriz, aunque las nuevas generaciones nada sepan de ella. Entre otras cosas porque en 1993 había decidido ya retirarse del mundo artístico.

Elvira nació en Barcelona en 1928, pero toda su vida profesional la desarrolló ya viviendo en Madrid. En sus años jóvenes perteneció a selectas compañías teatrales, las que encabezaban, entre otras figuras, Fernando Díaz de Mendoza y Mariquita Guerrero, Rafael López Somoza, Tina Gascó y Conchita Montes. Uno de sus hitos cinematográficos data de 1951, cuando encabezó el reparto en 1951 de la película de Luis García Berlanga Esa pareja feliz, magnífica comedia sobre la vida de un joven matrimonio que se las veía y deseaba para salir adelante en medio de las penurias cotidianas. Elvira Quintillá personificó entonces y en ocasiones posteriores, al ama de casa de clase media que lucha por ese día a día lleno de incertidumbres económicas. En la pantalla, se había estrenado en 1943, llegando a intervenir en una treintena de filmes. Entre ellos: Ronda española, Aeropuerto, La patrulla, Los tramposos, Plácido (era la encargada de los lavabos, casada con el personaje encarnado por Cassen), Lola, espejo oscuro, La colmena

En 1947, Elvira contrajo matrimonio con uno de los grandes actores de la escena española: José María Rodero. Formaron compañía teatral propia. Con él representaría a nuestros mejores autores, desde Jacinto Benavente (Los intereses creados) a Jardiel Poncela (Angelina, o el honor de un brigadier). Ganaron prestigio, dinero, pero a ella le resultaba muy duro compaginar la casa con el teatro. Me confesaría: "Por propia voluntad, me retiré de la escena. Dos funciones diarias cansan. Y atender después el hogar…". Además, esperaba a su hija, así es que hizo un discreto mutis. Pero, más adelante, reapareció en la pequeña pantalla. Ella fue de las actrices pioneras de aquella Televisión Española en blanco en negro. En 1962 protagonizó con gran éxito la serie Tercero izquierda, escrita por el humorista catalán Noel Clarasó. Significó un estupendo trampolín de popularidad para Elvira. No había competencia entonces, al ser un único canal el que emitía. Así es que la audiencia televisiva era numerosa y ella se benefició de aquel mismo trabajo, y de otro similar del mismo autor, La escuela de los maridos. Tal fue la notoriedad alcanzada que la designaron "La mujer española más popular".

Una faceta ya olvidada en Elvira Quintillá es la de cantante. En 1960 se presentó al Festival de la Canción de Benidorm, logrando el primer premio con la melodía Comunicando. Se celebraba aquel certamen con la particularidad de que cada canción era defendida por dos intérpretes diferentes. En aquella ocasión, el otro fue un chileno llamado Arturo Millán. Por intereses discográficos, se divulgó más la versión de este último y más tarde la de otros artistas, como Los Cinco Latinos, Monna Bell… Tampoco Elvira Quintillá quiso explotar su carrera musical, conformándose con el premio que le otorgaron "a la mejor interpretación" de aquel certamen. Grabó un disco de cuatro canciones con la casa Hispavox ("Comunicando", “Mudos testigos”, “Hoja de álbum” y “Por tu amor”). Y silenciosamente como había llegado, dijo adiós a su aventura como cantante moderna. Se dedicó más a su papel de esposa y madre. Quería mucho a su marido, quien tuvo deslices sentimentales, que Elvira soportó con discreción. Y defendió a capa y espada aquel matrimonio que hubiera podido romperse por culpa de las infidelidades de José María.

Ya en su madurez, Elvira Quintillá reapareció en los escenarios. Fue el año 1981 cuando repuso en el Centro Cultural Villa de Madrid la ya mencionada comedia de Benavente Los intereses creados, donde Rodero incorporó el papel de Crispín. Muerto su esposo, ella volvió a representar la misma función, once años después. Y al año después, como dijimos, se retiró ya definitivamente.

Descanse en paz quien fue una actriz de exquisita sensibilidad.

En Cultura

    0
    comentarios