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'Boyhood'

Tráiler de 'Boyhood (Momentos de una vida)', la película rodada durante 12 años

La nueva película de Richard Linklater narra la vida de un niño durante varios años, los mismos que ha tardado en rodarse.

Richard Linklater demuestra ser una de las personalidades más insobornables del cine indie americano. Con su próximo trabajo, Boyhood (Momentos de una vida), el texano se ha llevado debajo del brazo los premios de mejor película, mejor director y hasta mejor actriz (para Patricia Arquette) en el festival de Seattle de 2014. Y matizo con toda la intención: del año 2014. Porque Boyhood se estrena ahora, pero comenzó su rodaje hace más de una década, en el 2002. Linklater parece haber superado a su manera la jugada de Terrence Malick con El árbol de la vida, con los pies un poco más en el suelo: la película, que narra la vida de un niño desde los 7 a los 19 años, comenzó a hacerse hace la friolera de 12 años, adecuándose a la edad real de su actor protagonista, logrando una extraña sinergia entre tiempo narrativo y realidad.

La película se estrenará en España el próximo mes de septiembre. La atención de la prensa especializada ya la tiene, y la del público casi que también: tras haber finalizado su trilogía romántica con Antes del anochecer, Linklater parece haber congraciado a unos con otros a través de su persona, algo que no ocurre demasiado a menudo. También ayudará la presencia del protagonista de aquella, Ethan Hawke, aunque el verdadero centro de atención será el joven Ellar Salmon, un desconocido seleccionado en un casting hace más de una década.

La película es la crónica de la vida familiar de un niño, con especial énfasis en la relación con sus padres, desde el comienzo de la escuela hasta el inicio de la universidad. Durante un período de 12 años, Linkater reunió a su equipo un par de semanas cada año para rodar nuevas escenas, capturando perfectamente todos los cambios físicos y mentales de Salmon y haciéndolos coincidir con los de su personaje.

El tráiler no tiene nada especial, salvo la habilidad de Linklater para contarlo. Precisamente ésa parece que es la jugada: reflejar por fin la épica de lo cotidiano y la grandeza de las pequeñas cosas. Y quizá por eso deja con la espalda pegada al sillón, o donde quiera que estén ustedes sentados.

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