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Óscar Jaenada estrena en Estados Unidos la película 'Cantinflas'

El hijo de Mario Moreno dilapidó la gran fortuna de su padre.

Acaba de estrenarse, el pasado fin de semana, en treinta capitales de Estados Unidos la película "Cantinflas", protagonizada por el actor español Óscar Jaenada. La "premiére" tuvo lugar en el mítico Teatro Chino de Los Ángeles. A mediados de septiembre se exhibirá en México donde ya en el pasado mes de marzo tuvo lugar un pre-estreno en el Festival de Cine de Guadalajara. Ignoramos cuándo llegará a nuestras pantallas. Quiénes ya han visto el filme subrayan la gran interpretación de nuestro compatriota. Óscar Jaenada tiene treinta y nueve años. Nació en Esplugas de Llobregat (Barcelona). Se formó artísticamente en grupos teatrales de aficionados. A finales de los años 90 se afincó en Madrid, con sus exiguos ahorros, poco más de veinte mil pesetas, que se "pulió" en pocos días, lo que le obligó a malvivir una temporada, durmiendo en bancos callejeros. Gracias a su trabajo como camarero en el "Hard Rock Café" pudo salir adelante. Allí, además, conoció al director de un equipo de "cásting", a través del cual debutó en pequeños cometidos de series televisivas. A día de hoy ha intervenido en una veintena de filmes, de los cuales destacan sus papeles protagonistas en "Noviembre", de Achero Mañas, en 2003 y "Camarón", que rodó un par de años después a las órdenes de Jaime Chávarri, trabajo que le proporcionó un Goya al mejor actor.

Cartel de la película

Se da la circunstancia de que por las venas de este excelente actor corre sangre calé, lo que acaso le acercó más a su interpretación del mítico cantaor gaditano. Óscar Jaenada, que está emparejado a la actriz Bárbara Goenaga con la que tiene un hijo de tres años, estudia concienzudamente sus guiones, sobre todo si tienen que ver con conocidos personajes. Enterado de que en México se anunciaban pruebas para designar al protagonista de una película basada en la vida de Mario Moreno "Cantinflas" hizo las maletas con mucho tiempo de antelación y se plantó en la capital azteca. Ardua fue su tarea de prepararse para convencer, entre cientos de aspirantes al papel, al director Sebastián del Amo y a los productores de la cinta. Quienes se decantaban por un joven mexicano, sin experiencia, pero muy parecido físicamente al cómico. "Y sin embargo me eligieron a mí, un gachupín", refiere sonriente Óscar Jaenada, no sin reconocer que en México, al saberse que la productora había elegido a un español y no a un mexicano, se desencadenó una campaña furibunda. El actor catalán se había establecido en México D.F cuatro meses antes del rodaje. Se levantaba a las siete de la mañana y no se iba a la cama hasta las diez de la noche. Contrató a un foniatra, a un imitador de "Cantinflas", a una profesora de danza, y con ellos ejercitaba la voz, para captar el acento mexicano del cómico y bailar con los pies cruzados como éste hacía en muchas de sus películas. Las vio todas en vídeo, alrededor de medio centenar, no una sino varias veces.

Mario Moreno

Y todo ese esfuerzo le ha servido para acercarse lo mejor que ha podido a la personalidad de "Cantinflas" y también a la otra, la de Mario Moreno, que le ha sido más difícil al no encontrar referencias personales, para lo cual se entrevistó con el hijo del actor. Por cierto que éste, Mario Arturo Moreno Ivanova, ha dilapidado la gran fortuna que dejó su padre, y esto no se cuenta en la película, claro, por su vida depravada, víctima de las drogas y el alcohol. En círculos cercanos a "Cantinflas" se sabe que sus últimos años de vida estuvieron amargados por culpa del golfo de su hijo. Hasta se recuerda que éste lo insultó en más de una ocasión y llegó a agredirlo. Así es que el genial cómico optó por repartir su herencia: una parte fue para Mario Arturo, la otra para un sobrino, a quien entre varias propiedades le dejó los derechos de todas sus películas. El legado consistía en una gran fortuna en metálico: cuentas en bancos de México, España, Estados Unidos, Inglaterra e Islas Caimán. Obras de arte muy valiosas. Un rancho, varias casas en el Distrito Federal, cuatro apartamentos en Acapulco y un chalé en Marbella. Disconforme con el testamento a la muerte de su progenitor en 1993, Mario Arturo emprendió un juicio contra su primo, del que finalmente quedó perjudicado. No quedó ahí la cosa. Un hijo suyo, Mario Moreno Bernat, harto del trato que recibía de él, se quitó la vida a sus veintidós años, colgándose de la barra de la ducha de un motel, hace de esto ahora quince meses. El suicida fue fruto del segundo matrimonio de Mario Arturo con Sandra Bernal. Se casó con ella cuatro años después de haber roto su primera unión con una cotizada modelo azteca, Abril del Moral, con quien tuvo dos retoños. Lo que aún no les hemos contado es que Mario Arturo era hijo adoptivo de "Cantinflas". Veamos: en su época circense éste se enamoró de la hija del dueño de una de las carpas, la bailarina Valentina Zuvareff, de origen ruso, quien no pudo darle descendencia. Entonces decidieron "contratar a una madre de alquiler", la que trajo al mundo a Mario Arturo, quien moriría poco tiempo después víctima de cáncer de huesos. Mario Moreno "Cantinflas" estuvo muy enamorado de su mujer, fallecida en 1966. Desolado, dos años más tarde tuvo relaciones con una joven norteamericana llamada Joyce Jett, que duraron veinte años. Ella, decepcionada porque el cómico no le hablaba de matrimonio, lo demandó. Y un juez de Houston determinaría que el actor mexicano estaba obligado a pagar a su amante ¡veintiséis millones de dólares! Entre otros amores, también tuvo tiempo para encandilar a una bellísima actriz, Irán Eory, que en España fue conocida sobre todo por la versión moderna de "La Verbena de la Paloma", junto a Concha Velasco. De las varias entrevistas que le hice a "Cantinflas" recuerdo aquella en la que me interesé por sus relaciones sentimentales. Y con su inconfundible acento "cantinflesco", me respondió: "¡No me sea "metiche"!" (O sea, metomentodo). De cuanto les he referido acerca de sus desahogos amorosos nada se cuenta en esta película sobre su vida, cuyo argumento se centra primordialmente en recordar los éxitos en la pantalla de todo el mundo con el personaje que creó, aquel divertido "peladito" mexicano.

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