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¿Quién es Chris Kyle, el marine retratado por Eastwood en 'El Francotirador'?

Kyle fue asesinado por otro soldado en un campo de tiro de Texas. Su labor en el campo de batalla marcó un antes y un después.

Kyle fue asesinado por otro soldado en un campo de tiro de Texas. Su labor en el campo de batalla marcó un antes y un después.
Chris Kyle | Cordon Press

La historia real del marine texano Christopher Scott Kyle, el francotirador más eficaz del Ejército estadounidense, es sin duda digna de un guión de Hollywood. Temido por los iraquíes en Ramadi, en su haber figuran más de 150 muertes acreditadas, aunque se le atribuyen más de un cuarto de millar (el Pentágono sólo considera oficiales aquellas que cuentan con un testigo).

Durante uno de los episodios más duros de la contienda iraquí, Kyle llegó a abatir a más de 40 terroristas en una sola jornada. Respetado por sus compañeros, temido por sus enemigos, el desenlace de su historia -visto desde el punto de vista falsamente límpido de un europeo- fue prematuro, trágico pero también un punto absurdo. Es decir, de película.

La carrera militar de Kyle podría dar pie para un thriller de acción de esos vagamente inspirados en hechos reales. Aunque pensándolo mejor, es material para un buen drama patriótico, de ésos capaces de congraciar a público y crítica, llevar a las masas al cine en medio del duro invierno e incluso arrasar en la temporada de premios, un ejemplo más de ese cine de "prestigio" que se reserva la industria para los primeros meses del año.

Dicho y hecho. La película se llama El Francotirador (American Sniper) y lo que cuenta es la vida y trayectoria del célebre héroe americano Chris Kyle, interpretado por Bradley Cooper. Su director, no podía ser de otra manera, es otra de las últimas leyendas vivas americanas -aunque en este caso del cine- como Clint Eastwood.

En apenas unos días de exhibición American Sniper ha superado todas las expectativas en un lugar, Hollywood, que lo ha visto todo. En su segundo fin de semana, este drama rodado de manera fulgurante por Eastwood, apodado como "one man shot" (el hombre de una sola toma), presupuestado en poco más de sesenta millones de dólares, ha batido todos los récords de taquilla del mes de enero.

Su recaudación total, sólo en Estados Unidos, está por encima de los 200 millones de dólares y subiendo. La película tiene seis nominaciones al Oscar, y podría reportarle el premio dorado a su protagonista, un Bradley Cooper muy querido por los académicos. De modo que su trayectoria será larga y pingüe de aquí a mediados de febrero, fecha en la que se entregan los premios.

Pero no lo olvidemos: Cooper, que ganó casi 20 kilos de músculo para el papel, interpreta esta vez a una persona real. Y lo que hizo esa persona no es plato de buen gusto para todos. Kyle fue un marine a quien esa máxima americana de "extremadamente bueno en lo suyo" le encajaba como un guante. Lo suyo era exactamente lo que dice el título, descerrajar tiros.

Sea como fuere, la metamorfosis de Kyle, de vaquero a soldado, héroe y finalmente mártir ha tocado la fibra sensible de un país capaz de construir héroes.... aunque esta vez con una buena dosis de controversia, ya sea desde la propia comunidad cinematográfica (ahí están los comentarios despectivos de Michael Moore) como de la esfera política.

Héroe de guerra

Nacido en Glen Rose (Texas), su historia es más americana que el dólar, un continuo "progresa adecuadamente" de lo más cinematográfico. De padres religiosos y granjeros, su primer arma fue un rifle Springfield regañado por su progenitor a los ocho años. El chico aprendió a disparar durante sus jornadas de caza familiar, y gracias a su puntería pronto se ganó una escopeta. El tiempo pasó y Chris intentó enrolarse, pero una lesión en el brazo se lo impidió al principio.

Su historial le avala. Considerado una leyenda por sus compañeros, entre sus hazañas está el haber acertado a un enemigo desde 2.100 metros de distancia. Kyle formó parte de la unidad de élite SEAL de la Marina y combatió en Irak, donde mató al menos a 150 terroristas entre 1999 y 2009, según cifras oficiales del Pentágono.

El soldado hizo todo lo que se le requería. Entre sus enemigos se ganó el apodo de demonio de Ramadi, y pusieron precio (80,000 dólares) a su cabeza.

Fue galardonado con dos estrellas doradas y cinco de bronce, entre otras menciones. Más tarde, dejó la Marina en 2009 para fundar su propia empresa de formación militar, Craft International, y escribir el citado libro.

Corpulento y atractivo, Kyle daba el tipo de Navy Seal inteligente. Si uno se atiene a la letra escrita, su regreso a casa no fue exactamente el de Nacido el cuatro de julio. El texano sabía dar la adecuada dimensión épica al asunto, y no rehuía los altavoces mediáticos. Incluso se paseó por los talk shows televisivos cuando fue necesario hacerlo.

Buen emprendedor americano, el propio Kyle fue quien se encargó de contar su historia, escrita junto al especialista en novelas militares James DeFelice. American Sniper fue un best-seller instantáneo, y lo sigue siendo, ya que tras el estreno del filme ha vuelto a trepar a las listas de más vendidos. En la del NY Times sólo tiene por encima otro relato biográfico, el de Louis Zamperini en Unbroken, obra de Laura Hillenbrand y adaptado al cine por Angelina Jolie en la película Invencible. Hay más libros que abordan la figura del tirador, aunque este es el único que escribió él.

Poco amigo de callarse la boca, recurrió a la filosofía de los SEAL para hacer frente a sus críticos, la de dar la cara por tus compañeros porque ellos la van a dar por ti. Incluso confesó haber disparado a una mujer que guardaba una granada y sostenía un bebé en brazos, y que se acercaba a un grupo de soldados estadounidenses.

"La primera vez, ni siquiera estás seguro de que puedas hacerlo (matar). Pero yo no estaba allí mirando a esas personas como personas. No me preguntaba si tenían familia. Solo estaba tratando de mantener a mi gente a salvo", dijo en una entrevista en Time recogida por Efe.

Un triste final

La vida de Kyle puede resultar apasionante, pero está escrita en pasado. A los 38 años, el soldado fue asesinado en un campo de tiro de su localidad natal junto a otro hombre identificado como Chad Littlefield, poniendo punto y final a la historia del francotirador americano.

La Policía arrestó poco después a Eddie Routh, de 25 años entonces, también exmarine y amigo personal de Kyle. Routh estaba desempleado y sufría problemas mentales, habiendo estado ingresado en un centro psiquiátrico. Tras abrir fuego contra Kyle y Littlefeld huyó en la furgoneta del primero, siendo arrestado poco después y tras una persecución.

Ahora, su mujer Taya cuida de los dos hijos que tuvo con el francotirador de Eastwood y Cooper. Y se debate en los tribunales con la empresa que fundó, ahora en bancarrota, por utilización ilegal de la imagen de su marido. Una coda triste para una historia que sin duda ha capturado el alma de un país.

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