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6 lecciones que los Goya deberían aprender de los Oscar

Este año vivimos los Oscar más reivindicativos y polémicos en muchos años. Y aún así, resultaron más honestos y coherentes que los Goya.

Este año vivimos los Oscar más reivindicativos y polémicos en muchos años. Y aún así, resultaron más honestos y coherentes que los Goya.
Dani Rovira y Chris Rock | Cordon Press

El pasado domingo, la última gala de los premios Oscar que tuvo lugar en Los Angeles vivió una de sus ediciones más sociales y reivindicativas. Las acusaciones de racismo a la Academia de Hollywood a cuenta de la ausencia de nominados de color en las principales categorías levantó una enorme polvareda aglutinada tras el movimiento denominado Oscars so white.

Una tesitura que recuerda mucho a los premios Goya españoles, caracterizados por su afán crítico contra el Gobierno, pero despertando críticas por partidistas. Unos comentarios que este año se han extendido también al presentador, Dani Rovira, que no tardó en reaccionar en Twitter asegurando que presentar esta última edición no le había "compensado".

No obstante, y pese a tratarse de una fiesta un tanto bronca, los premios españoles tienen un buen número de lecciones que aprender de los americanos. Aquí presentamos una breve lista sobre la cuestión:

1. El espectáculo

Nunca des al público por ganado. Pese a la importante bajada de audiencia de este año, los realizadores del programa de televisión más importante del mundo saben muy bien con qué están jugando y que todo tiene un límite. Aquí lo vital es generar espectáculo, obnubilar al personal con un show repleto de estrellas y ayudar a que las películas premiadas tengan aún más recaudación. Los guiños políticos y cualquier motivo espinoso que cause división han de tratarse pero con tiento, y si no aplázalos para otra ocasión. La prueba es que todos sabemos de qué pie cojean la mayoría de las estrellas de Hollywood.

2. Una de cal y otra de arena, cantaba Merche

Son unos premios de la industria para la industria, de modo que asegúrate de invitar al público a la fiesta. De modo que si vas a tratar un tema espinoso, asegúrate intentar ser equitativo -o al menos aparentarlo- en tus reivindicaciones, que todo el mundo se sienta representado. Está bien meterse con un político de un determinado sesgo, porque todos sabemos cómo están las cosas en el cine español. Pero asegúrate de compensar luego con otra cosa, que al fin y al cabo este año estaban todos en la gala. La gente sabe que son bromas, tampoco pasa nada.

3. Desmitifica, leñe

En los Oscar o los Globos de Oro nunca falta un presentador crítico con las propias estrellas (como por ejemplo Ricky Gervais) o algún monólogo irónico y autoconsciente, que este año vino a cargo de Louis C.K. presentando el premio que menos importa, el de cortometraje documental. La lucha por la bajada del IVA, la piratería y las subvenciones puede ser todo lo legítimas que se quiera, pero no des por sentado que todo el espectador vaya a estar de acuerdo contigo.

4. Ah, el humor

Todo el mundo sabía que Chris Rock, cómico negro que siempre ha abordado las diferencias de raza (y otras también) para construir sus monólogos, iba a agarrar el tema con entusiasmo. Y desde luego que lo hizo: Rock acusó a Hollywood de ser -efectivamente- racista, en una actuación que gustó a todos por, entre otras cosas, resultar un tanto reiterativa.

Pero aún así dejó momentos hilarantes, sangrantes y atrevidos, incluyendo reproches a algunos de los principales adalides de la causa racista, como los actores Will Smith ("que cobró 20 millones por Wild Wild West") y su esposa Jada Pinkett-Smith ("¿de qué te quejas si nunca te invitaron?". Con un poco de azúcar, la píldora que os dan pasará mejor.

Y otra cosa: hasta ahora, no tenemos constancia de que Rock se haya lamentado en Twitter por las casi seguras críticas a sus introducciones por parte de los millones, millones y millones de espectadores que ven los Oscar.

5. Lo que nos une, no lo que nos separa

En los premios más reivindicativos en lo social, el vicepresidente Joe Biden subió al escenario no para soltar un discurso político, sino para recordar al personal que hay temas que tratar. Biden presentó a una extraordinaria Lady Gaga, que cantó la canción Til It Happens To You, del documental The hunting ground, por la que ha sido nominada a mejor canción original (y que perdió frente a Spectre). Un componente de denuncia que trasciende gobiernos, legislaturas y personalismos.

6. Aplaude a todos, carallo

El "In Memoriam" de los Oscar este año nos recordó, a ritmo de "Blackbird" de los Beatles interpretado por Dave Grohl (Foo Fighters), devastadoras pérdidas para el mundo del cine como las del director Wes Craven, los actores Alan Rickman y Leonard Nimoy, el músico James Horner... Todos ellos son estrellas reconocidas a nivel mundial por sus aportaciones. No obstante, en el "In Memoriam" también figuran profesionales no tan conocidos, técnicos y actores secundarios cuya vida también representó algo.

De modo que si vas a aplaudir no lo hagas sólo con las estrellas, como sí ocurrió en los Goya: ver cómo el auditorio (siguiendo una melodía más empalagoso y sentimental) se levantaba con Lina Morgan, para apagarse con el siguiente muerto resultó, simplemente, muy feo.

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