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Juan Manuel González

Crítica: 'Criminal', con Kevin Costner y Gary Oldman

'Criminal' es un entretenido caos que mezcla premisas de 'Robocop' o 'Cara a Cara' pero que contiene una gran interpretación de Kevin Costner.

Póster Criminal
Puntuación: 6 / 10
'Criminal' es un entretenido caos que mezcla premisas de 'Robocop' o 'Cara a Cara' pero que contiene una gran interpretación de Kevin Costner.
Kevin Costner en Criminal | eOne

Hay películas que nacen condenadas a priori y Criminal, al margen de sus resultados, corre el riesgo de ser una de ellas... algo que no deja de resultar injusto. Es cierto que el filme de Ariel Vromen, con un reparto que para sí quisieran superproducciones mucho más caras, malinterpreta algunas de las promesas del guión de Douglas Cook y David Weisberg, autores del libreto de uno de los mejores filmes de acción de los noventa, la excelente La Roca de Michael Bay.

Pero también es verdad que, a medida que se desarrolla, y si obviamos su excesiva voluntad de encajar en el molde (visual, conceptual) de la saga Bourne, Criminal deja a películas mayores y más ambiciosas tres o cuatro recados bastante útiles.

Hablemos claro: estamos ante uno de esos filmes que saben a derivado de varias películas anteriores. Pero lo que perjudica a la entretenida película que protagoniza un excelente Kevin Costner no es eso, sino, precisamente, el tratar de sobreponerse con seriedad su chiflada premisa, en la que la conciencia de un agente de la CIA fallecido (fugaz y preocupado Ryan Reynolds) es trasplantada a la de un asesino sin conciencia ninguna, el interpretado (con sorprendente sinceridad y valentía) por el propio Costner.

Un argumento que remite a clásicos del cine de ciencia ficción y acción como Robocop (incluyendo la famosa escena del regreso a casa, que humaniza al heroico psicópata) y Cara a Cara, en la que John Travolta y Nicolas Cage incorporaban con total exceso su papel y el del otro. También a la citada La Roca, que al fin y al cabo incorporaba la fórmula de la buddy-movie que aquí se materializa en un único personaje con dos conciencias distintas. Pero aquí viene el segundo pero, y es que, si lo recuerdan, todas ellas lograban acoplar a su argumento una indisimulaba ironía y sentido del humor que no maquillaba el dramatismo de los acontecimientos ni tampoco el espectáculo de la trama.

Una virtud de la que carece Criminal, que pese a la presencia del español Jordi Mollá como villano (el único que parece tomarse con algo de humor lo que ocurre), se habría beneficiado enormemente de una visión algo más irónica y un sabor más abiertamente fantástico.

Pese a ello, y al citado parecido a las películas de Bourne, hay bastantes cosas que funcionan en la película de Ariel Vromen. Y subrayo lo de bastantes. Thriller de acción más o menos modesto, pese a un reparto casi imposible plagado de estrellas incluso en papeles anecdóticos, el filme se beneficia del diseño de un protagonista totalmente ambiguo, un sujeto despreciable (aunque ojo: no de manera innata) que va a acabar obligado, en virtud de los acontecimientos, a convertirse en héroe de la función.

El personaje de Costner es sorprendente, y el actor aprovecha la oportunidad de manera brillante: estamos ante un verdadero psicópata sin ningún tipo de compasión (y así lo demuestra en diversos momentos de la película) que Costner representa sin la arrogancia de una estrella de cine, llevando su violencia e imprevisiblidad hasta las últimas consecuencias que le permite un filme de acción de serie B. Costner, evitando su habitual y seductora afabilidad, y añadiendo un punto de suicida gamberrismo y ternura, acaba convirtiendo su criminal en -si me permiten la extraña comparación- un trasunto del personaje de Coronado en No habrá paz para los malvados, es decir, un villano obligado por las circunstancias (y también su propio egoísmo) a buscar, paradójicamente, el bien común y no el propio... humanizándose por el camino.

Gracias a su buen trabajo, y pese a la poca ironía que el director Vromen le inyecta al asunto, el simpático híbrido entre película de psicópatas, de espías y venganzas que propone Criminal se deja ver para todo aquel con un mínimo de querencia por el cine de género, y bastante mejor de lo que da a entender su publicidad.

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