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La nueva bruja de Blair: tan esperada como decepcionante

Blair Witch era una de las cintas que más expectación había levantado entre los habituales del Festival de Cine Fantástico de Sitges.

Blair Witch era una de las cintas que más expectación había levantado entre los habituales del Festival de Cine Fantástico de Sitges.
'Blair Witch' | Fotograma

Blair Witch era una de las cintas que más expectación había levantado entre los habituales del Festival de Cine Fantástico de Sitges 2016, después de que El Proyecto de la bruja de Blair en la edición de 1999 hubiera dejado a los espectadores agarrados a sus butacas, sin respirar.

Sin embargo, en el mismo día en que la lluvia ha tomado la ciudad costera, tal como ocurre en los bosques Black Hills de Maryland, al acabar la primera proyección de esta secuela, de lo que fue considerado en su momento como una "bomba del cine independiente estadounidense", sólo ha provocado tímidos aplausos y más de un silbido en el auditorio.

El director Adam Wingard vuelve a los bosques de Maryland, donde ahora media docena de jóvenes estudiantes se adentran por entre altos árboles para descubrir qué ocurrió con la hermana de uno de ellos, una desaparición relacionada con la leyenda de la bruja de Blair.

Si hace diecisiete años el público quedó conmocionado por una película de muy bajo presupuesto, una suerte de documental rodado en blanco y negro con cámara al hombro, basando su fuerza en el terror psicológico que provocan la oscuridad y el bosque, hoy ya no existía el efecto sorpresa, a pesar de algunos sustos en determinados momentos.

Con algún que otro guiño al pasado, como que uno de los personajes utiliza una vieja cámara DV, en esta ocasión hay incluso un dron, pero serán unas modernas cámaras al hombro las que ofrezcan al espectador las zigzagueantes imágenes del bosque-madriguera. En esta nueva versión, como no podía ser de otra manera, los jóvenes también poseen web-cams, aunque no aparecen los teléfonos móviles hoy omnipresentes, y sí, en cambio, unos ruidosos walkie talkie.

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