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Juan Manuel González

Crítica: 'Una historia de venganza' (Aftermath), con Arnold Schwarzenegger

Arnold da el salto al drama, y lo cierto es que no se defiende mal pese a lo limitado del filme que protagoniza.

Que al héroe de acción le asesinen/secuestren a la familia es una de las figuras típicas del cine de acción USA. Y más aún en la carrera de Schwarzenegger, que se ha visto en esas en probablemente media docena de títulos de su filmografía. Una historia de venganza (cuyo título español hace, en cierto modo, un spoiler) no es por ello ninguna excepción, por mucho que el filme dirigido por Elliot Lester (Blitz) haya optado por la vía más dramática posible, distanciándose por tanto de la mediocre Daño colateral y la espléndida (y siniestra) Sabotage de David Ayer, ambas protagonizadas por el astro europeo. De modo que no, no estamos ante un filme de acción con Arnie rompiendo cuellos y vengándose de aquellos que acabaron con su mujer y su hija, sino ante un intento, no exactamente severo, pero sí serio, de retratar de manera dramática el estrés postraumático al que se someten la víctima y el causante de un accidente aéreo mortal basado, esta vez, en hechos reales.

Aparte de Schwarzenegger, hay al menos dos nombres relevantes detrás de esta simpática, pero finalmente desangelada, película dramática. Javier Gullón, guionista de la críptica Enemy para Denis Villeneuve y otros filmes de género realizados en nuestro país y EEUU, y el muso de autor Darren Aronofsky (Noé, Requiem por un sueño) figuran como autor y productor, respectivamente, de un filme concebido como el salto del veterano actor austriaco al cine dramático. Y lo cierto es que Arnold es lo mejor de la cinta: no descubriremos aquí sus limitaciones como actor (hasta ahora reemplazadas por una saludable dosis de carisma y, por qué no decirlo, cara dura), pero lo cierto es que quien fuera la mayor estrella de cine USA de los ochenta y noventa se defiende aceptablemente bien dentro de un conjunto que trata de resultar emocional, pero que se ve lastrado por demasiadas escenas convencionales.

Casi podríamos decir que esta simpática y menor Una historia de venganza ejerce de prólogo, más que reverso, a algunos de los filmes de acción que el astro Schwarzenegger ha protagonizado en el pasado, o que podría todavía hacer en el futuro. Porque uno se queda con ganas de ver de lo que sucede después de su final, que bien podría haber resultado en el guión de un entretenido actioner de serie B. Su fotografía triste y puesta en escena sin particular interés restan, eso sí, atención a la propuesta, que no resulta mucho más verosímil por ser eso, "realista" y "dramática", que las versiones guerreras de su sinopsis. Una historia de venganza fracasa a la hora de aproximarse al retrato del estrés, el dolor y la soledad de dos sujetos desgraciados que -como el propio montaje subraya hasta la extenuación- son en realidad la misma cosa, dos víctimas situadas a cada lado de una tragedia humana y un viaje a la locura que solo puede acabar mal. Pero el planteamiento, dejando de lado la ejecución, ofrece unos cuantos puntos interesantes para reflexionar: caracterizar al afable obrero intepretado por Schwarzenegger como la versión doméstica, de andar por casa, pero por eso mismo mil veces más siniestra, del héroe de acción con el que ha compuesto su carrera, resulta una jugada de interés.

Pero lo cierto es que esto cineastas como David Ayer (en su mencionada, y reivindicable, Sabotage) ya lo han hecho mejor sin necesitar salirse de las coordenadas del género. La trasposición del thriller al drama podría haber dado para más, pero eso es algo que la sosa dirección de Lester tampoco parece reconocer.

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