Johnny Depp ha demandado a TMG –la empresa que anteriormente representaba al protagonista de Piratas del Caribe– por fraude. La compañía ha respondido que no sólo no debe dinero a Depp, sino que el actor tiene un gasto fijo mensual que ronda los 2 millones de dólares.Un elevado desembolso que destina a cubrir sus extravagantes necesidades que incluyen pagar a una persona para evitar así tener que memorizar sus frases en las películas.
Según informa Mashable, TMG afirma que el actor gasta "miles de dólares en contratar a un ingeniero de sonido a tiempo completo", algo que ha hecho "durante años" en todas las producciones cinematográficas de las que ha formado parte. El ingeniero de sonido en cuestión sería el encargado de gestionar un dispositivo muy avanzado tecnológicamente que el protagonista de Eduardo Manostijeras se pone en su oído y así escucha su parte del guión mientras está en escena.
Ante la demanda de cuarenta y cinco páginas de Depp, el abogado de TMG, Michael Kump, ha declarado que "el ritmo al que gasta Johnny Depp no sólo demuestra una clara falta de control, sino que evidencia que padece de un trastorno de gasto compulsivo que es demostrable a través de un sencillo examen mental". Kump añade que el propio actor ha confirmado por sí mismo en una entrevista con The Wall Street Journal los continuos despilfarros que lleva a cabo.
Toda la polémica ha tenido lugar en plena promoción de la próxima película de Depp, Piratas del Caribe: La venganza de Salazar, que llegará el próximo 26 de mayo. Sus predecesoras amasaron entre las cuatro más de 3.700 millones de dólares en taquilla.